Ciudad de México, 22 de enero de 2021. Los efectos de la pandemia han sido devastadores para miles de empresas en todo el país y, a la par de sus problemas financieros, se han presentado diversas complicaciones legales. Una de ellas es el aumento en las solicitudes de concursos mercantiles o posibles quiebras, dada la imposibilidad de muchos negocios para cumplir con sus obligaciones.
“Desde los primeros meses del confinamiento se pronosticó esta situación y a pesar de que el cierre de los juzgados federales no afectó los concursos mercantiles, los cuales se consideran como ‘casos urgentes’, según consta en el Acuerdo General 8/2020 del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), todo indica que la ola de estos procesos es una realidad”, señala Yisroel Cimet, socio del despacho Cimet & Almazán, especializado en derecho civil, mercantil, financiero, inmobiliario, de seguros y fianzas.
El pasado 27 de abril, dos meses después del primer caso de COVID-19 en México, se presentó en el Senado una iniciativa de reforma a la Ley de Concursos Mercantiles para dar solución a esta avalancha de peticiones. La idea era diseñar una solución que correspondiera a las nuevas necesidades de este complicado contexto, sin embargo quedó como propuesta.
El aumento inusual en las solicitudes de concursos mercantiles pone sobre la mesa la necesidad de reevaluar la forma en la que se realiza dicho procedimiento federal, así como los tiempos de trámite, por lo que vale la pena seguir pendiente de la forma en que los jueces atenderán las solicitudes que ya tienen en puerta, estima el despacho.
Concurso mercantil no es lo mismo que quiebra
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en mayo pasado casi 10 mil empresas del sector formal ya habían registrado su baja patronal ante el organismo; es decir, ese mismo número de empresas quebró. Por ello, es importante señalar que el concurso mercantil y la quiebra no son lo mismo, ya que el primero sanciona la falta de liquidez para el cumplimiento de las obligaciones y busca de manera ordenada llegar a un arreglo entre los acreedores y el deudor a fin de organizar a quién se le debe, cuánto se le debe y cómo se va a realizar el pago, tomando en cuenta una mayoría de votos.
A diferencia de esto, la quiebra es cuando el procedimiento de concurso mercantil no es fructífero: las partes no llegan a un acuerdo entre ellas y se van a una etapa de quiebra y liquidación.
En ese sentido, el concurso mercantil tiene como su principal finalidad salvaguardar la fuente de trabajo y la actividad económica, de ahí su importancia no sólo como un ente que contribuye a la conservación de fuentes de trabajo en épocas difíciles, sino como un reactivador de la economía, necesario para la nueva normalidad.
Concurso mercantil o quiebra ¿qué conviene?
Saber si lo mejor para una empresa es aspirar al concurso mercantil o de plano irse a la quiebra dependerá de cada una de ellas, su capacidad de negociación con los acreedores y su viabilidad financiera; no obstante, es importante que conozcan los efectos y alcances de cada uno de estos procedimientos.
Entre más rápido se dé solución al problema mejor será la respuesta, no hay que esperar a tener una situación financiera verdaderamente problemática en la que no haya forma de pagarle a nadie. El concurso mercantil no tiene porqué ser motivo de miedo; al contrario, puede ser una buena alternativa para muchas empresas.