Ciudad de México, 30 de agosto, 2021.- La producción nacional de ajo creció 4.3% al cierre de 2020, con un volumen de 86 mil 500 toneladas, lo que ha permitido al país ubicarse como el noveno exportador mundial de esta hortaliza, informó el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Se trata de una de las hortalizas más rentable a nivel nacional, que se cultiva en 21 entidades del país, señaló la dependencia federal con base en cifras
Indicó que los principales estados productores son: Zacatecas, Guanajuato, Puebla, Baja California y Sonora, que aportan el 87.1% de la producción nacional. También figuran en la producción: Veracruz, Aguascalientes, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Durango, San Luis Potosí, Hidalgo, Guerrero, Jalisco, Tlaxcala, Baja California Sur, Coahuila y Michoacán, entre otras.
El ajo se siembra en surcos o en eras, las cuales son canteros o camas de suelo levantadas unos seis a diez centímetros, de uno a 1.2 metros de ancho y al largo que permita el terreno.
Hay muchas variedades, pero el más común es el blanco. Lo hay también rosa o morado, gigante y miniatura, pero en México se prefiere el morado de Guanajuato, que tiene la mayor producción nacional, seguido de Zacatecas.
El SIAP destacó que en el periodo 2015-2019, México ocupó el noveno lugar mundial de exportación de ajos, con una participación de 0.6%.
El principal comprador fue Estados Unidos, con 86.8%, seguido de Australia, 7.0%, y Francia, con 2.3% de las ventas al exterior.
El ajo pertenece a la familia Allium y está estrechamente relacionada con las cebollas, los chalotes y los puerros, indicó el organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Se trata de una de las hortalizas más antiguas usadas por el hombre, extendiéndose al sur de Europa y llegó al continente americano con los españoles.
Posee un alto valor nutritivo y contiene muy pocas calorías, rico en vitamina C, vitamina B6 y manganeso. Disminuye niveles de colesterol y contiene antioxidantes que protegen contra el daño celular y el envejecimiento. Puede disminuir el riesgo de sufrir Alzheimer y demencia.
También, ayuda a prevenir inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos.