*Mariana Gabriela Hernández Jerónimo
EL concepto de reinserción social se relaciona con la posibilidad que tiene la persona que cometió un delito para reintegrarse a la sociedad.
Asimismo, es la bienvenida que recibe al salir de prisión, el abrazo de su familia, la calidez de su núcleo comunitario y la oportunidad laboral y social. Ésta se realiza después de que la persona es juzgada conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho delictuoso; una vez que recibió la correcta y concreta aplicación de la norma por el operador de justicia.
Al final del proceso y su ejecución se muestra la eficacia del Estado de Derecho, el cual, posteriormente, a través del Sistema Penitenciario proveerá lo necesario para prevenir la reincidencia cuando se cumpla la sanción penal. De tal manera que, ante la posibilidad de volver a ser privada de su libertad, para la persona la reinserción representa un objetivo valioso, ya que le permite llevar un modo honesto de vida, con base en el respeto a los derechos humanos.
Los medios establecidos para la reinserción social son el reconocimiento del valor del trabajo, el adiestramiento adquirido para el mismo, las enseñanzas, el cuidado de la salud y el esparcimiento deportivo; cuyo deber de cuidado se encomienda a las instituciones que constituyen el Sistema Penitenciario.
A pesar de los enormes avances en el derecho interno como la incorporación de los servicios postpenales, la estandarización de la reinserción en los parámetros definidos por el sistema internacional de protección a derechos humanos contrasta con la realidad en la interpretación y aplicación de la normativa, con la ejecución de la política pública en la materia y con lo que aporta el Informe Especial sobre los Derechos Fundamentales de las Personas Privadas de Libertad en la Infraestructura Penitenciaria del Estado de México, emitido por la Comisión de Derechos Humanos de la entidad.
En pocas palabras la Reinserción Social se trata de dirigir y ejecutar acciones en beneficio de las personas que egresan del sistema de justicia penal de la Ciudad de México y sus familiares, encaminada a fortalecer su proceso reinserción social, de forma integral y personalizada; a través de programas sociales gubernamentales, no gubernamentales y de la sociedad civil, como una herramienta de prevención y evitar la comisión de nuevos delitos.
Sería conveniente mejorar la educación de la población mexicana en general ya que, como podemos observar, la mayoría de las personas que delinquen son de escaso nivel escolar. Como Estado se tendría que tratar de poner un poco más de empeño en la educación poblacional.
Derivado de la reclusión de las personas, muchas, al estar ahí en la cárcel, tienen un lugar en donde dormir, comer, hacer amigos, algunos prefieren no regresar a la sociedad ya que se sienten rechazados y mal vistos.
Al momento de salir de la cárcel se les tacha de todo y al final del día existen varias personas inocentes que están dentro y al salir ya no pueden volver a rehacer su vida.
Propongo que existan diversas empresa u órganos para poder dar trabajo exclusivamente a las personas que van saliendo de las cárceles, para así poder tener un mejor nivel de vida y una menor reincidencia.
Actualmente nos damos cuenta que la vida dentro de las cárceles en México es una vida de excesos, como lo decían en algunas lecturas, casi no existe todo lo que debe de conllevar una reinserción por ejemplo: las zonas de ejercicio, el trabajo (que es muy escaso y justo desde adentro se delinque), aunque todo lo que engloba es muy bueno, pero no existe, o al menos en México es muy escaso.
En alguna ocasión al momento de acudir a una visita guiada por un centro de reclusión platicamos con unas personas que estaban laborando en la biblioteca, y como ellos lo comentaron “nosotros ya no somos nada”, yo creo que debemos de implementar un cambio en toda la sociedad para poder aceptar a las personas que salen de las cárceles.
Claro está que tendría que ser aquellas personas que hayan cambiado su estilo y forma de vida, yo también propondría implementar educación en la cárcel, terapias psicológicas, platicas motivacionales, generar plazas laborales, acceso a la salud, entre otras cuestiones.
Sólo me queda decir: TODOS TENEMOS LA OPORTUNIDAD DE CAMBIAR NUESTRAS VIDAD EN EL MOMENTO EN EL QUE QUERAMOS, CLARO QUE NECESITAMOS AYUDA PARA ELLO.
*Estudia la Maestría en Ciencias Penales y Criminalística, en la Facultad de Derecho de la Barra Nacional de Abogados.
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