Opinión
La Asamblea
Publicado
el
Por
Ricardo Medrano
Son las siete horas más veinticinco minutos de la mañana. Oficinistas, comerciantes, víctimas de la resaca y vecinos atraviesan la Plaza de Santo Domingo y el Portal de los Evangelistas.
Del otro extremo de la acera un saludo emerge estruendoso, todos lo escuchan, pero nadie presta atención. Es un recordatorio familiar para Canalla. El aludido responde mostrando el codo para corresponder en la misma medida con un saludo para la progenitora de su interlocutor.
Un aire frío que despelleja recorre las calles. Los vendedores circulan en sus vehículos integrados: anafre, tamales, atole y rocola, todo en combo. Los parroquianos se abastecen con los de verde, los de rojo, los de rajas y los de dulce; otros piden su guajolota, para que el cuerpo sienta lo que recibe y las reservas calóricas alcancen para la jornada laboral que se avecina.
Durante el mes de julio de cada año, se celebra la encerrona en casa de El Sastre. Todos están convocados. Cada miembro del club puede llevar, máximo, un invitado. Entre los más notables, los que nunca fallan, están: Patotas, Salem, Maya, Esther, Roche, Canalla y Concha La Charra. Aunque La Asamblea ha llegado a conformarse por más de treinta participantes, entre asiduos e invitados. Sólo dejan de asistir los que mueren: se les recuerda con anécdotas, siguen formando parte de la mesa, en la memoria.
Hay reglas básicas no escritas: cada uno puede acudir con la bebida alcohólica de su preferencia. No hay obligación de compartir, aún la solidaridad se destaca como gesto de generosidad. Las enormes bolsas van llenando sus panzas negras con botellas vacías de todo tipo de bebidas de los dioses. Cada uno elige su propio veneno y decide cuándo detenerse. No es obligación permanecer hasta el final de la reunión. Tampoco es competencia. Todo es voluntario. Todos tienen oficio u ocupación, hay comerciantes, ladrones, coyotes de la casa de empeño, empleados de imprentas, meseros, prostitutas y el propio Sastre, que es el anfitrión. No hay cuota. La cortesía aprovisiona a los seguidores de Baco que desinteresadamente comparten viandas variadas que sirven para recuperar un poco las fuerzas: pollos rostizados, tortas de pierna y jamón, tamales, tacos de carnitas, quesadillas, sopes…
Todos salen a cumplir con sus labores y, cuando vuelven, siempre regresan con alguna aportación alimenticia. Un buen número de ellos se mantiene firme y atento durante los momentos más críticos de la batalla, hasta que la sesión se levanta. Duermen a ratos, el resto del tiempo lo dedican a beber, a escuchar o emitir algún comentario ocasional. También hay momentos de introspección colectiva, ahí el silencio manda: cada uno escudriña en su interior y convive con sus demonios.
Canalla abandona un momento La Asamblea, llama a su madre por teléfono y argumenta que está detenido; no menciona el delito, pero Doña se inquieta y manda al Trosmoya, su nieto, a rescatar a Canalla que dio señas de estar en la delegación de El Carmen. Doña arma caballero a Trosmo, le da una bolsa de papel atiborrada con tortas de huevo con Jamón, también le da varios billetes y le insiste que los debe guardar muy bien en la pretina del pantalón, entre el resorte del calzón y la incipiente lonja del regordete.
—Tú llegas a la delegación y preguntas por tu tío, les mencionas su nombre. Preguntas de cuánto es la multa, la pagas y te fijas que lo dejen salir —dice inocente Doña. Ella se gana la vida en una ventanita revendiendo pan que merca en la panadería La Macarena de la colonia Maravillas.
Trosmoya aborda el camión que lo lleva al metro y luego de una serie de caminatas se apersona frente al secretario de actas que lo saca del error y le dice que nadie con el nombre mencionado ha sido remitido a esa delegación durante las horas recientes.
El muchacho da media vuelta y camina hacia la calle; desde ahí, Canalla, quien lo ha estado observando acompañado por su camarada Patotas, lo toma del brazo y le pregunta ansioso por el dinero. Trosmoya le extiende la bolsa de tortas.
—No, wey. El dinero. Cómete las tortugas o tíralas —dice fastidiado.
Canalla extiende la mano y da un zape en la choya a Trosmo. El muchacho se soba la mollera y se aleja con su bolsa de tortas. Aún están calientes y decide comerse una. El recorrido hasta la delegación le provocó apetito.
Camina por las calles repletas de comercios establecidos y callejeros. Buzo con la rata —le ha insistido su tío Canalla—. Uno se la sabe porque es rata coluda de ojos rojos y cola pelada, pero tú tienes cara de wey y llamas la atención para barquearte — Insiste Canalla a quien ya lo agarraron dos veces por mano larga y, en ambas ocasiones, su santa jefecita lo ha librado de ir parar a la grande. Hasta los judas insisten en darle calendario por ser cliente frecuente.
Trosmoya camina alerta entre los puestos de ropa, de fayuca, de fritangas, pero mantiene el temple. Total, si la rata lo atrapa, sólo le birlará cuatro tortas de jamón con huevo y chile en vinagre, y algunos pesos que le dio la abuela para el camión de regreso.
En la calle Soledad, Trosmo hace como que no mira, pero echa ojo a las muchachas de mega cinturón. Mira la fila de mirones que apretujan sus chamarras contra el estómago intentando cubrir su excitación. Se conforman con entretenerse como el perro del carnicero: mirando la carne y haciéndose las ilusiones. Dos diableros se enfrentan, charrasca en mano, para arreglar diferencias. El respetable ni se inmuta, sólo abre cancha: no vaya a ser que se les vaya un fierrazo y uno sin deberla ni temerla termine con la panza dividida. Canastas de limones amarillos son ofertados por kilo, los verdes son más caros porque el tiempo que les falta por madurar permite al cliente que pueda almacenarlos un tiempo mayor. El ambiente huele a canela, clavo, comino, chile piquín, chile de árbol, guajillo, pasilla, morita; flota el olor a cartón, madera, fruta, sudor rancio y lodazal.
Trosmoya pone especial atención en una mulata, una Rarotonga de la jungla de asfalto con peinado afro y enormes arracadas doradas que le besan sus cachetes brillantes como de aceituna negra. A sus quince años, el chiquillo imagina cosas y prefiere alejarse a toda prisa del demonio de la tentación.
En casa de El Sastre, Canalla ocupa su lugar: hay parque para seguir la batalla, cortesía de su jefecita. Roche trabaja en una farmacia, propiedad de su tío, hurta las drogas controladas y las vende entre los adictos del barrio. El Sastre sólo toma descansos entre proyecto y proyecto, su mayor orgullo es vestir artistas. En su sala tiene una enorme foto autografiada de la cantante Lucha Villa, enmarcada en bronce. Al pie de la foto, una lámpara eléctrica se mantiene encendida, día y noche, devotamente. La única licencia que se toma El Sastre en su propia casa es la interpretación, hace play back a las canciones de Lucha, se hace acompañar por el mariachi tocacintas:
Ya te pedí perdón/ y no me quieres perdonar/ qué quieres que yo haga/ que me quede o que me vaya/ porque no puedes evitar/ que lo quiera/ es más, lo amo…
—Dices que me quieres y hasta la madre me mientas —grita la concurrencia que festeja los ademanes y gesticulaciones de El Sastre, quien repite cada noche el espectáculo.
De vuelta en casa, Trosmoya es acosado por la abuela que insistente pregunta: ¿Qué pasó? ¿Cómo está? ¿Pagaste la fianza? ¿Lo dejaron salir? ¿Ya había comido? ¿Estaba flaco? ¿Lo golpearon? ¿Qué hizo? …
Ágilmente, el muchacho responde las preguntas con respuestas más piadosas que objetivas. ¿Cómo responder que el asunto de la delegación se trataba sólo de un burdo chantaje sentimental? Pero Trosmo no era quién, o, por lo menos, así lo entendía, para erigirse en juez de los involucrados: Doña, dispuesta al chantaje y al sacrificio por el vástago, muy al estilo de Sarita García; Canalla, convencido de que sacar ventaja de la disposición de Doña no significaba más que darle al público consumidor lo que sus propias pretensiones requerían.
Trosmoya recién ha presentado el examen de admisión al bachillerato. El cartero se ha convertido en el personaje más esperado de la colonia, una especie de ángel o demonio, dependiendo del tamaño del sobre que entregue.
Si el envoltorio es grande, los documentos del interesado le están siendo devueltos junto con una carta de agradecimiento por su interés por pertenecer a la Universidad Nacional. La llegada de un sobre pequeño significa que el interesado debe llenar una serie de formatos y presentarse al plantel universitario que le ha sido asignado.
En casa de El Sastre, están por cumplirse dos semanas de encerrona. Un gato callejero, a quien le gusta colarse por la ventana abierta del taller, disfruta del pellejo adherido a las sobras de pollo rostizado dentro del bote de desperdicios. Nadie hace caso del peludo, le han tomado cierto aprecio por su desparpajo a la hora de tirarse panza arriba sobre la alfombra persa que sirve de camino entre la sala y la cocina.
La alfombra es regalo de un cliente agradecido de El Sastre: cada año lo visita desde el Medio Oriente para que le confeccionen quince trajes con telas finas diferentes que él mismo ha comprado en sus viajes por el mundo.
De vez en cuando, cada uno, atento a sus propios tiempos, responsabilidades y exigencias, sale a trabajar o hacer negocios, o bien, a llamar por teléfono a sus respectivas familias para avisar que están bien y cerciorarse de que la familia también lo está. Después vuelven a La Asamblea con su respectiva bebida y su bolsa de viandas para compartir.
El Sastre, ocasionalmente, sale de su taller que está contiguo a la sala, vuelve al pleno, y bebe un par de copas. Agita nerviosamente las manos, como expulsando, a borbotones, cargas eléctricas invisibles hacia el techo. Después regresa al trabajo, mientras cada uno en La Asamblea regurgita sus propios pensamientos, distribuidos sobre la amplia mesa del comedor y los amplios sillones de la sala.
Han pasado trece días desde que inició La Asamblea de este año. Las bajas han sido numerosas. Sólo quedan varones. El ruido de las máquinas de coser, en el taller contiguo, apuntalando telas y forros semejan una sinfonía de metales ardiendo en el purgatorio. Es tan constante, que en cierto momento del día y de la noche, el oído termina por acostumbrarse, por volverse un amasijo de espíritus exaltados y máquinas adheridas a las almas de todos los integrantes del pleno.
En casa de Canalla, Trosmoya espera con ansia la llegada del sobre con su carta de aceptación al bachillerato. Calma un poco las ansias acuchillando los bultos de frijol en la incipiente bodega de la tienda de Doña. Hay cajas de cerveza apiladas, rejas de refresco, bultos de frijol y maíz quebrado para alimentar a las gallinas. El cartero hace sus entregas a bordo de una bicicleta. Su uniforme decolorado por el sol muestra que tuvo mejores épocas: los botones de su chaqueta, cosidos y recosidos amenazan con crisparse debido a la contención extrema de su rechoncho vientre.
Así han transcurrido ocho días de espera del sobre, también de acuchillamientos al costal de frijol. Cualquier pitido acelera el pulso de Trosmo cuando se confunde con el silbato del cartero. Hasta el afilador de cuchillos puede inquietar un alma que espera noticias. La abuela lo sentencia:
—Si no te aceptan en la escuela, vas a trabajar en la tienda. Ni que fuéramos ricos para inscribirte en una escuela particular.
El propio tío Canalla también propuso empleo para Trosmoya, en caso de no ser aceptado en el bachillerato:
—Tengo amigos que chambean coyoteando en el Monte de Piedad; también puede irse de machetero con el don de la casa de materiales, también de chalán con los Pechochos.
Los Pechochos son un par de albañiles contratados por la abuela para construir formalmente el primer nivel de su casa. Gustan del pulque mañanero y después duermen la mona en el interior del tinaco vacío. Se dicen “pechocho”, con cariño, uno al otro, por eso el mote que les acompaña y no les incomoda. Trosmoya trabajó como chalán, durante una semana con los Pechochos, ahí decidió que lo suyo no era la asoleada ni amarrar tendidos de varillas para la losa.
En casa de El Sastre se hizo de noche. Aunque en este sitio es indistinto conocer la hora por la luz natural del sol: las pesadas cortinas de terciopelo rojo obstruyen cualquier contacto con el exterior.
El gato, con su pelaje esponjado, hurga en el bote de los desperdicios. Otra bolsa negra, grande, desborda botellas vacías. Pese al nutrido número de días que La Asamblea ha sesionado, el mínimo orden se ha mantenido: la mesa sin moronas ni desperdicios y el baño ha sido lavado un par de veces.
La mesa nunca ha quedado totalmente vacía y El Sastre sigue trabajando de forma continua, sólo recurre a momentos de descanso esporádicos. Ocasionalmente se retira a su recámara, durante un par de horas, después regresa a La Asamblea, a las telas y a las máquinas de coser.
Son las siete de la mañana. El Sastre luce desmejorado. Mira el gato amodorrado en un cojín que yace sobre el piso. Todos en La Asamblea lucen como el gato. Hay silencio. Sólo el gorgoteo de los vasos llenados, de vez en cuando, regalan a los oídos del respetable su anhelado tintineo. El Sastre apaga la luz de la sala y enciende el mariachi tocacintas, la lámpara eterna que rinde tributo a Lucha Villa obsequia sombras chinescas. El gato parece poner atención a la melodía. El hombre canta:
Amanecí otra vez entre tus brazos/ y desperté llorando de alegría/ Me cobijé la cara con tus manos/ Para seguirte amando todavía…
El Sastre desanuda su corbata —siempre ha sido un partidario de la elegancia—. Mueve los labios e intenta seguir la letra, pero la voz de Lucha parece ir más rápido. En perfecta sincronía, la canción termina, el artista cae de rodillas y un estruendoso aplauso espanta el gato que huye por la ventana abierta del taller. El Sastre sigue de rodillas sobre su alfombra persa. La Asamblea guardó silencio unos minutos. El artista vive del aplauso y recibe el baño de las palmas que al ego bien le sienta en todo momento.
. Los miembros de La Asamblea se disponen a ordenar el lugar. No hay prisa. Canalla se ofrece a sacar la bolsa repleta de botellas, arrastra la bolsa por la Plaza de Santo Domingo.
El camión recolector de basura está al otro extremo de la plancha. Piensa en llamar a su madre para aplicar la del chantaje y obtener unos billetes. Del otro lado de la línea, Trosmoya levanta el auricular y reconoce la voz de su tío. Aunque es temprano, finge que el cartero toca la puerta y deja descolgada la bocina. Recargado en la caseta telefónica, Canalla se cansa de esperar en la línea. Cuelga el teléfono.
Un saludo estruendoso emerge del Portal de los Evangelistas. Canalla enseña el codo mostrando los debidos respetos para la progenitora de su interlocutor.
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Opinión
Isela Hernández Lozano, la vicepresidenta de Nestlé que apuesta por más inclusión
Publicado
el
21/09/2023
Dentro del corporativo de Nestlé México en Polanco, Isela Hernández Lozano, vicepresidenta de Recursos Humanos de la multinacional, llega a una sala de juntas donde la esperan periodistas.
Con un termo de Nespresso en la mano, una sonrisa en el rostro y más de 25 años de experiencia en grandes compañías, representa la apuesta de la multinacional por continuar con más inclusión en términos de laborales.
Su rostro es jovial, aunque durante más de dos décadas ha laborado para compañías como Walmart y Pepsico, en esta última inició su carrera como aprendiz o trainee.
En enero de 2023, la vicepresidenta arribó a Nestlé con una visión clara enfocada en impulsar las iniciativas a favor de los jóvenes, además de generar mayor inclusión y equidad desde el área de recursos humanos del corporativo.
Otras de sus prioridades son favorecer el emprendimiento, generar mayor bienestar laboral, liderazgo en sus colaboradores y reducir sesgos inconscientes.
Desde su posición, Isela Hernández reporta de manera directa a Fausto Costa, presidente ejecutivo de Nestlé México, y parte de su encomienda será dar continuidad a la destacada labor de Nora Villafuerte, su predecesora en el cargo.
Nuevos proyectos y prioridades
En la reunión con periodistas, Isela Hernández anticipa distintas primicias e información exclusiva sobre las iniciativas de Nestlé en nuestro país.
Para este 2023, la multinacional de origen suizo prepara un proyecto piloto llamado Elders dentro de las Boutiques de Nespresso, donde esperan sumar a personas de más de 60 años experimentadas y con una alto conocimiento en el café para aportar valor a cada cliente.
Nestlé busca con el programa Elders generar una mayor conexión con los amantes del café y aprovechar la experiencia de estas personas.
Elders comenzará dentro de una primera boutique de los 18 establecimientos que tiene la marca Nespresso en el país.
En cuanto a la visión con los jóvenes, la multinacional trabaja en apoyar el emprendimiento agropecuario.
Se trata de una nueva faceta de la Iniciativa por los Jóvenes, que ahora busca enfocarse en los estados de Chiapas y Tabasco.
El objetivo dde la iniciativa es capacitar a cerca de 500 jóvenes y beneficiar más de mil hectáreas donde se producen cacao y café.
Este apoyo al sureste mexicano se concretó con la firma de un convenio en agosto con Rainforest Alliance México y representará una inversión de 250 mil dólares.
Hasta hoy, resalta Isela, la Iniciativa por los Jóvenes ha beneficiado a más de 1 millón 300 mil jóvenes con diversas capacitaciones y oportunidades de trabajo.
El tema de equidad, inclusión y diversidad también clave para Hernández Lozano.
Desde la instalación de baños neutros en cada piso del corporativo de Nestlé, así como la creación y el impulso a la Red LGBT dentro de la empresa, son parte de las acciones para seguir con el apoyo a una visión inclusiva en la empresa.
Nestlé México también cuenta con un Chief Diversity Officer, Francisco Maulim, encargado de velar por la diversidad dentro de la multinacional.
Aunado a esto, los sesgos inconscientes son uno de los enemigos a vencer en la sociedad y para Nestlé, por lo que ha buscado erradicarlos a través de estrategias como entrevistas de trabajo a ciegas y capacitación.
La empresa también ha buscado fortalecer el liderazgo de sus colaboradores para tener una plantilla cada vez más incluyente.
En la reunión, Isela Hernández destacó la presencia de mujeres en la alta dirección de Nestlé, así como en puestos medios y operativos.
También anticipó que la compañía seguirá apostado por la transformación cultural y la atracción de talento joven.
Este año, Nestlé México ha realizado distintos ajustes en su equipo directivo e Isela Hernández toma una posición clave para fortalecer el liderazgo de la multinacional en el país.
La creatividad para desarrollar nuevas iniciativas, la capacidad de entender las tendencias y adaptarlas al entorno laboral de Nestlé y continuar con innovaciones para impulsar la inclusión en esta compañía serán determinantes para su labor.
Hoy Nestlé sigue apostando por el talento femenino en su alta dirección y queda la duda de cuándo veremos una directora general de la compañía en México.
Capacitan en periodismo medioambiental
En otro tema, la organización civil sin fines de lucro Ecoce sigue con su apuesta por impulsar el periodismo medioambiental, a través de la cobertura de esta fuente y su seguimiento.
El organismo, que representa a las principales empresas de bebidas y alimentos en México, concretó sus esfuerzos para realizar el primer Seminario de Periodismo Medioambiental Ecoce para periodistas. Esta inversión ha generado un impacto en periodistas de diferentes estados del país y busca contribuir al fin de los mitos relacionados con el medio ambiente, además de destacar la importancia de este sector para la vida del país.
Opinión
X: el negocio del algoritmo polarizante
***Miguel Ángel Romero Ramírez
Publicado
el
20/09/2023Por
Arzate Noticias
La disrupción digital y tecnológica no sólo trae consigo ventajas sino también esconde aspectos negativos preocupantes. Particularmente sobre lo que fue Twitter y ahora es X, el debate sobre el funcionamiento del algoritmo ha sido vasto.
Diversos estudios aplicados por universidades reconocidas como Stanford, así como centros de investigación de carácter internacional como el Pew Research Center confirman que la plataforma de micromensajes que alberga 550 millones de cuentas prioriza la polarización y da mayor cabida a la visión política de derecha.
En Latinoamérica, México (17.2 millones) es el segundo país con más cuentas, después de Brasil (24.3 millones). ¿Cómo el algoritmo define dar mayor exposición a unos contenidos sobre otros? Es para el usuario un enigma. La caja negra sobre el funcionamiento del algoritmo que regula gran parte de la discusión de los temas públicos es cerrada.
Es normal: el error ha sido, en todo caso, fincar parte de nuestra libertad de expresión sobre un negocio privado que impone sus propias reglas en función de los objetivos de una sola persona.
Paradójico es que se considere que existe, hoy día, mayor libertad de expresión con las nuevas plataformas digitales que a finales del siglo pasado. En un texto anterior señalé la peligrosa lógica de pagar para obtener voz dentro de un debate o discusión.
El capitalismo nos invita a adquirir a cambio de dinero un producto o servicio del cual carecemos y es el mercado el que regula el precio en función de la oferta y la demanda. ¿Todos podrán pagar para ser escuchados?
La discusión se renueva con el anuncio de Elon Musk de que buscará que todas y cada una de las cuentas de X paguen. El “beneficio” será tener un ambiente seguro, transparente, sin cuentas automatizadas por bots que “alteren” o modifiquen la evolución de una discusión.
El razonamiento es insostenible. La empresa, desde hace varios años y de forma “gratuita”, regula el sentimiento social de naciones enteras desde una gran consola en donde su poderoso algoritmo define los temas sobre los cuales las personas de determinada región deberían discutir.
La noticia de este nuevo esquema la dio el visionario empresario estadounidense en un diálogo/entrevista que sostuvo con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien viajó a California, EU, para el encuentro. Se trata de un líder que ha enfrentado durante nueve meses protestas en su país ante una reforma al Poder Judicial que abiertamente socava la democracia israelí. ¿Les suena conocido? ¿La alianza entre ambos ayudará a que el tema deje de ser tendencia en Israel?
Se espera que ahora sea forzoso ingresar una identificación y un método de pago. Como si la inteligencia artificial no pudiera crear ambas y vulnerar y automatizar, de nuevo, la creación de bots o mensajes. O, ¿acaso necesitaremos un pasaporte digital expedido por una empresa tecnológica global privada para poder interactuar?
La disrupción digital ha logrado que cosas intangibles logren ser transaccionables, que los Estados/Nación queden totalmente reducidos y que los imperios tecnológicos impongan sus propias leyes supranacionales aplicables para todos. No importa si eres japonés, afgano, brasileño o argentino.
Se trata de nuevos modelos de negocio en los que nuestros miedos más primitivos son explotados. ¿Quieres tener mayores posibilidades de conocer el amor? paga tú suscripción premium y elige del catálogo que ofrece la plataforma. ¿Deseas que tu opinión tenga mayor relevancia? Invierte para que el algoritmo te otorgue un espacio y, si pagas un poco más, aquello que digas estará por encima de lo que expresen los demás. No importa que seas racista o xenófobo.
Actualmente en la plataforma es posible contratar la versión Premium que, a decir de su sitio oficial, “prioriza las conversaciones de calidad” lo que presumiblemente significa que dota de mayor exposición a quienes la han contratado.
Los reportes financieros de X refieren que el modelo de negocio ha fracasado pues solo 827 mil usuarios han adquirido dicha versión. Por ello, la nueva lógica será, como en muchos otros modelos, apostar por el volumen. De 8 dólares al mes por el servicio es posible que baje hasta un dólar anual. ¿Muy barato? Son 550 millones de cuentas. ¿O muy caro? Si lo que compras es un pedazo de libertad de expresión.

***Miguel Ángel Romero Ramírez
Analista y consultor político. Por más de 10 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM con estudios de posgrado en gobierno. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia. Twitter @MRomero_z
Foto: Freepik
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Opinión
Menos 5G para 2024, una pésima apuesta
Miguel Ángel Romero Ramírez
Publicado
el
13/09/2023Por
Arzate Noticias
Al entregar el Paquete Económico 2024 a la Cámara de Diputados, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ignoró –en la Ley de Ingresos– y por sexta ocasión las recomendaciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), de reducir el costo del espectro radioeléctrico. Dicha circunstancia tendrá efectos negativos en distintos niveles para el país en lo que será el último año de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
A continuación, se enumeran algunos:
Menos internet: A pesar de que la promesa fue “internet para todos”, el Estado mexicano no ha tenido la capacidad en términos de infraestructura para dotar de ese derecho a los ciudadanos. Si bien el reto es sumamente complejo, la oferta de un país más interconectado podría consolidarse a partir de la participación de la iniciativa privada, siempre y cuando haya condiciones para ampliar los servicios.
Por ejemplo, se estima que en América Latina hay 34 millones de suscripciones de 5G, cifra que se duplicará a lo largo de 2024. Para México, la sola posibilidad de bajar el costo del espectro radioeléctrico y ubicarlo en el promedio que maneja la región, abriría la puerta a que 5 millones de mexicanos más tuvieran hoy internet. Nada mal para el tamaño del reto.
Menos inversión: En el contexto internacional, el fenómeno del nearshoring entendido como un reacomodamiento de las grandes industrias a partir de las tensiones políticas y económicas globales, podría ser desaprovechado. Mientras Estados Unidos empuja su divorcio comercial con China y con ello la instalación de su potente manufactura en América Latina que necesita tecnología 5G para operar tecnología de punta, México atora y complica el mercado de las telecomunicaciones.
Al ser el espectro radioeléctrico mexicano 62% más caro que la media mundial, miles de empresas con la necesidad de reubicarse y sobre todo con el apetito de aprovechar la innovación tecnológica, estarían descartando a nuestro país por la falta de condiciones para hacerlo.
A muchos servidores públicos del gobierno federal y gobernadores estatales les debería importar que la industria automotriz, aeronáutica, aeroespacial, de telemedicina y transporte, consideren a Colombia, Brasil, o Chile, mejores espacios para instalarse por encima de México.
Menos innovación. En medio de la disrupción digital de poco sirve el desarrollo de talento y tecnología si no existen condiciones para aprovecharla. En el último Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial, destaca que Chile se ubica en 1er lugar en la región mientras que México se posicionó en el 5to lugar, por debajo también de Uruguay, Brasil y Argentina. La tendencia es clara, la humanidad incorpora inteligencia artificial para resolver de forma más rápida y eficaz sus problemas.
¿Están conscientes en México del retroceso que implica no evolucionar a la par de la región? Si bien la vecindad con Estados Unidos ayuda en términos de cadenas sólidas comerciales, ese atractivo podría muy pronto quedar obsoleto.
Menos ingresos. Contrario a lo que se piensa respecto a que la Secretaría de Hacienda no ajusta el costo del espectro a la nueva realidad de la región para no perder ingresos, la realidad en los últimos años es otra. Y es que dicha cerrazón le ha abierto un boquete a las finanzas públicas del gobierno federal.
No te pierdas: Alito Moreno: un oportunista congruente
Tan solo en 2019, la empresa española Telefónica renunció al espectro que tenía lo que significó que dejaron de pagar 1 mil 100 millones de pesos.
Recientemente el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que es el órgano encargado de licitar dicho recurso del Estado mexicano, advirtió que en 2024 otra empresa, la estadounidense AT&T, estaría analizando devolver las bandas licitadas para otorgar sus servicios, lo que implicaría que dejarían de ingresar a las arcas públicas 7 mil 528 millones de pesos.
No son buenas noticias que en la Ley de Ingresos el gobierno apueste, de nuevo, a perder dinero, a desconocer el contexto regional en materia de telecomunicaciones, a deteriorar la competitividad frente al nearshoring y a limitar el derecho de los ciudadanos a acceder a internet. El 2024 se asoma complicado para la innovación y desarrollo tecnológico. ¿Cuánto tiempo más durará el letargo?

Analista y consultor político. Por más de 10 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM con estudios de posgrado en gobierno. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.
Twitter @MRomero_z
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