Ciudad de México, 18 de agosto, 2021.-La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, reafirmó la gravedad de la crisis climática en la región y la urgencia de enfrentarla e instó a la comunidad internacional a priorizar el financiamiento de medidas de adaptación.
“El sistema de gobernanza global no ha sido eficaz para movilizar los recursos hacia los países en desarrollo. Hay escasez de financiamiento para la acción climática, especialmente para la adaptación. Esto agrava la vulnerabilidad de los países, reduciendo la capacidad de financiar sus propias acciones”, afirmó.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó en la Conferencia de Alto Nivel “Trabajando Juntos por la resiliencia hidrometeorológica y climática en América Latina y el Caribe”, que fue inaugurada por Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, y en la que destacó la relevancia del Reporte del Estado del Clima en América Latina y el Caribe 2020, elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Durante su intervención, la máxima representante de la CEPAL recordó que América Latina y el Caribe genera 8.3% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, pero es altamente vulnerable a su impacto.
Precisó que, en los últimos 30 años, el número de desastres naturales se triplicó en el Caribe y las pérdidas económicas asociadas se quintuplicaron. Por ejemplo, la destrucción causada por los huracanes Irma y María en 2017 resultó en pérdidas equivalentes a 250% del PIB en países como Dominica, subrayó.
La funcionaria subrayó que uno de los efectos inesperados del cambio climático, cuya solución es multilateral, es la rebaja de la calificación de riesgo por parte de las agencias calificadoras, que consideran que la vulnerabilidad climática es un criterio para rebajar la calificación.
Esto tiene consecuencias gravísimas porque aumenta injustamente el costo de la deuda soberana y el pago de intereses para los países en desarrollo que son altamente vulnerables al cambio climático.
“Agrava las capacidades del Caribe, de Argentina y Ecuador, que tienen ya una carga muy pesada por los altos niveles de deuda enraizada en los shocks externos agravados por el impacto de los desastres y las debilidades estructurales, sociales y económicas”, alertó.
Alicia Bárcena señaló que los paquetes de estímulo para una reactivación económica posCOVID podrían ser una oportunidad para alentar las inversiones en sectores con bajas emisiones de carbono y en la promoción de la bioeconomía, más resiliente ante los impactos del cambio climático.
“Los países desarrollados han anunciado grandes paquetes de estímulo -4 billones de dólares en Estados Unidos, 750.000 millones de euros en Europa-, reflejando expansiones fiscales y monetarias contrarias a la ortodoxia, con compromisos en inversiones verdes”, afirmó.
Agregó que en América Latina y el Caribe los paquetes de estímulos son menores, en torno al 4,7% del PIB (211.000 millones de dólares), y de ellos solo 3,2% serían consistentes con las metas ambientales y climáticas. Las medidas de recuperación no fomentan el cambio estructural. Hay una incoherencia entre la Agenda 2030, el Acuerdo de París y las declaraciones de nuestros países.
Agregó que el esfuerzo fiscal de los países de la región para la recuperación de COVID-19 tiene además contrapartidas muy negativas. El gasto en protección ambiental en América Latina y el Caribe, ha experimentado un descenso en los últimos años. Entre 2016 y 2019, el gasto en protección ambiental promediaba únicamente el 0,4% del gasto del gobierno central y en 2020 se redujo a solo un 0,2%.
La secretaria Ejecutiva de la CEPAL puntualizó que la adaptación es urgente para la región con base en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
“En la CEPAL estamos proponiendo la creación de un Fondo de Resiliencia del Caribe que atienda las necesidades de esa región. Tenemos una propuesta para que este fondo se financie en parte con un alivio de 7.000 millones de dólares que representa el 12% del total de su deuda externa. Se puede hacer, se debe hacer, y se deben desarrollar instrumentos similares para Centroamérica y Sudamérica”, afirmó.
Alicia Bárcena subrayó también la urgencia de fortalecer la institucionalidad, que tenga capacidades para recopilar datos e indicadores sobre el riesgo de desastres climáticos con fundamento científico y que se anticipe con base en sistemas de alerta temprana.