Ciudad de México, 2 de julio de 2020. Las grandes marcas de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, han realizado donaciones de producto frente a la pandemia del Covid-19 a sectores vulnerables de la población, afectando, más que contribuyendo, a su salud, ya que la gran mayoría son productos con un exceso de grasas saturadas, azúcares, sodio y calorías, que se asocian con el incremento de diabetes, obesidad y sobrepeso en las personas.
Lo anterior se expuso en la conferencia virtual “Obesidad y Covid-19: El Papel de la industria de ultraprocesados”, realizada por El Poder del Consumidor, en la que su director Alejandro Calvillo comentó que como medida de prevención, enviarán cartas a gobernadores y empresarios para generar criterios y saber qué alimentos se pueden donar a la población vulnerable.
Lo anterior debido a que la industria de alimentos ultraprocesados ha aprovechado la emergencia sanitaria para posicionar sus marcas haciendo donaciones de productos a gobiernos e instituciones de nuestro país, haciéndolos ver como acciones de responsabilidad social cuando en realidad “son de irresponsabilidad social y por ello es urgente regularizar este tipo de acciones”, enfatizó Calvillo.
La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), ha declarado que México presenta una alta vulnerabilidad al COVID-19 por la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes que afecta a su población y que tiene su origen en el alto consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas. De los casos a nivel nacional de fallecimientos en personas (22,584) por COVID-19 hasta el 22 de junio de 2020, el 41.99% de los casos presentaba hipertensión, 37.00% tenía diabetes y 25.08% presentaba obesidad.
Ahora está claro que la industria de bebidas y alimentos ultraprocesados comparte la responsabilidad no sólo por la pandemia de obesidad, sino también por la gravedad de la enfermedad COVID-19 y sus devastadoras consecuencias.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha establecido ya unos criterios específicos para las donaciones frente a la pandemia y gobiernos, como el de Uruguay, ya han hecho públicos sus criterios para la donación de alimentos con el fin de garantizar que sean saludables.
Mariel White Santillán, Investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, declaró: “Estas acciones de “responsabilidad social” que hace la industria, no contrarrestarán el marketing agresivo y la interferencia en políticas de salud y nutrición que estas empresas han tenido en México durante las últimas décadas. Es necesario crear y apoyar regulaciones más estrictas, sobre todo de marketing digital, además de promover el uso de lineamientos sobre la interacción del sector privado en el sistema de salud”.
Por su parte, Ana Larrañaga Coordinadora e investigadora de la Coalición ContraPESO aseguró: “Los gobiernos y autoridades locales, deben incrementar esfuerzos para donar alimentos saludables basados en recomendaciones nutricionales serias, y libres de los intereses de industrias que buscan el posicionamiento de sus marcas durante la pandemia”.
Paulina Magaña, coordinadora de la Campaña de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor indicó que “Con base en un monitoreo de las donaciones alimentarias realizadas entre abril y mayo de este año frente a la emergencia sanitaria del COVID-19, se identificó que varios de los productos incluidos en estas donaciones son productos ultraprocesados con un exceso de azúcares, grasas saturadas, sodio y calorías. Esta situación es grave, más aún en un país como México que presenta uno de los mayores índices de sobrepeso y obesidad a nivel mundial y que son precisamente estas condiciones que han puesto en una mayor vulnerabilidad a la población mexicana ante las complicaciones por este virus”.