Ciudad de México, 21 de marzo, 2025.- Aunque no existe una solución única para enfrentar el impacto de las nuevas medidas comerciales por parte del gobierno del presidente Donald Trump, las empresas mexicanas deben evaluar estrategias como la reconfiguración de sus cadenas de suministro, el ajuste de su base gravable para minimizar costos arancelarios y la exploración de esquemas alternativos para cumplir con las reglas de origen, señalaron expertos en un evento del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) Monterrey.
El desayuno mensual de marzo organizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) sirvió como escenario para analizar las implicaciones de la nueva política comercial de Estados Unidos y sus medidas arancelarias.
En el evento, Armando De Lille Calatayud, socio de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte México, y Luis Ricardo Rodríguez Meneses, socio director de Monarch Global Strategies, abordaron los desafíos que enfrentan las empresas mexicanas ante el nuevo panorama del comercio internacional.
De Lille Calatayud, subrayó la necesidad de que las empresas adopten un enfoque proactivo para mitigar riesgos y adaptarse a la nueva realidad comercial impuesta por EUA.
“La volatilidad de las políticas comerciales obliga a los exportadores a diversificar sus estrategias y mantener un análisis constante de los cambios regulatorios que puedan afectar sus operaciones internacionales”, señaló.
Rodríguez Meneses, destacó que las medidas arancelarias impactarán en sectores clave, donde el 81% de las afectaciones se concentran en siete industrias, incluyendo aeronáutica, productos farmacéuticos, acero y aluminio, entre otros.
Además, se identificaron diez sectores con mayor grado de incumplimiento en las reglas de origen del T-MEC, lo que complica su calificación y cumplimiento normativo.
Uno de los principales retos mencionados por los especialistas es la baja incorporación de insumos nacionales en productos de exportación. A pesar de los esfuerzos por fomentar la proveeduría nacional, la integración de insumos mexicanos sigue siendo baja, oscilando entre el 7 y 8%.
Según los ponentes, este factor se ha convertido en una barrera significativa para calificar bajo las reglas de origen del T-MEC.
Rodríguez Meneses, enfatizó que, a pesar de los discursos políticos que promueven la sustitución de importaciones, la realidad es que el país enfrenta dificultades estructurales para fortalecer su base de insumos nacionales.
Mencionó el caso de una empresa de manufactura de laptops que intentó trasladar su producción de China a México, encontrándose con una disponibilidad de insumos electrónicos aún más precaria que hace 30 años.
De Lille Calatayud, destacó que las autoridades aduaneras estadounidenses están intensificando las revisiones para garantizar el cumplimiento de las reglas de origen del T-MEC.
Afirmó que el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de EUA (CBP) aplicará auditorías más rigurosas a las empresas exportadoras mexicanas, requiriendo documentación detallada que respalde el origen de los productos.
Asimismo, se señaló que en la industria manufacturera algunas empresas han relajado sus procedimientos debido a la exención arancelaria de EUA, lo que ha generado riesgos en la certificación de origen.
Puso como ejemplo el caso de los reproductores de DVD, cuyos componentes provienen de Asia, pero que al exportarse como producto terminado a EUA enfrentan costos impositivos en México, lo que hace más viable su importación directa desde China o Corea.
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