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Opinión

Hipócrita prohibición de TikTok en EU

*** Miguel Ángel Romero Ramírez

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El gobierno chino podría estar teniendo acceso a datos de millones estadounidenses por la vía de TikTok. Es, en principio, el principal argumento con el que Joe Biden busca implantar la prohibición de la plataforma en todo el territorio estadounidense bajo la premisa de seguridad nacional.

El curioso nombre del proyecto es “Ley de Protección de Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros”. Esta misma semana podría el Senado aprobar esa Ley que obliga a la empresa china ByteDance a vender TikTok o, de lo contrario, será bloqueada como red social.

La expectativa es enorme y las posturas son diversas. Si bien existe preocupación por los indicios que sugieren las prácticas del gobierno chino para espiar y manipular información por la vía de sus empresas tecnológicas, esta medida también es vista por un sector –incluso por algunos demócratas– como una acción desproporcionada que atenta contra la libertad de expresión. Para algunos, la acción proteccionista de vetar TikTok se traduciría en un precedente peligroso de censura.

Es decir, lo que está en juego y que puede impactar no sólo en la sociedad estadounidense, al ser un parteaguas en la región, es cómo los países/Estados conceptualizan, operan y defienden —enmarcados por el nuevo entorno digital— la seguridad nacional, la privacidad y las libertades civiles, siendo estos pilares fundamentales para cualquier sociedad pero que, al mismo tiempo, lucen cada vez más irreconciliables a consecuencia de la disrupción digital.

Pero no se queda ahí la discusión, que de por sí es crucial, sino también lo que exhibe este debate es el doble estándar y la actitud hipócrita de una de las principales potencias mundiales en medio de un reacomodo geopolítico que tiene como común denominador la administración, control y uso de las nuevas tecnologías como herramientas para disminuir a sus contrincantes.

Lo relevante y el trasfondo en medio de esta disputa, no es si China espía a estadounidenses, sino quién tiene el monopolio de espionaje sobre su población… y la del mundo. Tan sólo hay que recordar que en 2013, Edward Snowden desencadenó un escándalo al revelar que el enorme aparato de espionaje estadounidense intervenía comunicaciones y recolectaba datos de personas de todo el mundo, desde simples publicaciones en redes sociales hasta llamadas de la entonces canciller alemana Angela Merkel.

Mientras la nube mediática se ciñe en Estados Unidos sobre la propuesta de Ley para obligar a ByteDance a vender TikTok, o de lo contrario, ser baneada; el Senado aprobó en la madrugada del sábado la renovación de la sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (también conocida como Fisa) por dos años más, justo cuando estaba a punto de expirar y misma que permite al su gobierno rastrear las comunicaciones electrónicas de “terroristas, espías y piratas informáticos” en el extranjero.

La aprobación de esta Ley prendió las alertas, no sólo entre los especialistas y activistas, sino también entre los congresistas –tanto demócratas como republicanos– quienes expresaron las preocupaciones por el poderoso alcance, sin mediación judicial, con el que se faculta a su gobierno la intervención y obtención de datos de millones de usuarios extranjeros con fines de inteligencia.

Mientras el gobierno de Joe Biden dice estar preocupado por la posible interferencia del gobierno chino sobre TikTok, se frota las manos para continuar con un esquema de sobrevigilancia global que, de la mano de sus corporativos como Google, AT&T y Verizon, violan la privacidad de millones de personas de todo el mundo; ciudadanos que sin ser sus gobernados podrán estar bajo escrutinio de las distintas agencias de inteligencia estadounidenses.

*** Miguel Ángel Romero Ramírez

Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.

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Opinión

La posverdad, del fake news al metaverso*

Por: J. Alejandro Gamboa Castillo

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Por: J. Alejandro Gamboa Castillo

Como todo engaño, la posverdad usa algunos aspectos de la realidad maquillándolos para hacer aceptable el trasfondo mentiroso, de modo que la gente se adhiera a él como algo válido. La posverdad es información distorsionada donde los datos, o son falsos o se usan para sostener una gran mentira mediante un andamiaje de falsedades.

El término fue acuñado a fines del siglo XX pero su práctica es milenaria. Denominado en inglés post-thrust, este término, se refiere a la posverdad cuando “los hechos objetivos tienen menos influencia en definir la opinión pública que los que apelan a la emoción y a las creencias personales”.

Algunas otras definiciones de posverdad, como la de la RAE, la consideran una mentira emotiva que deforma deliberadamente la realidad para hacer prevalecer sentimientos y emociones con el fin de crear y orientar la opinión pública e influir en la sociedad.

Partimos de lo que enseña la historia y de lo que reportan los medios de comunicación y las redes actualmente. Para ello, es posible reconocer los siguientes indicadores de posverdad:

a) no permiten ni reconocen la comprobación por medio de hechos, b) mienten e impulsan la difusión de fake news, c) mantienen su punto de vista y ridiculizan a sus antagonistas, d) buscan la aprobación pública de sus argumentos, e) descontextualizan algunas verdades para introducir falsedades como si fueran ciertas, f) distraen y confunden, aún a sus seguidores, mediante el uso de expresiones ambiguas, g) mantienen su propio punto de vista, aunque los hechos los contradigan, h) desvían la atención sobre sus errores diciendo, que las objeciones que se les formulan son meras diferencias de opinión o negándolos persistentemente, i) basan su éxito en la credulidad de sus seguidores, j) ocultan los propósitos de sus creadores, k) utilizan mensajes reproductibles, pegajosos (fáciles de recordar) y/o espectaculares, i) usan los medios de comunicación y las redes, las manifestaciones, y en general, cualquier espacio para promoverse.

Para Silvia Inés Molina y Vedia del Castillo (2022), estos indicadores son útiles para detectar la posverdad y se avanzar en su conocimiento con base en hechos comprobados con propósitos científicos. La mentira sólo se combate con verdad, y la verdad se configura con hechos comprobados y comprobables.

Actualmente, en el contexto global, lo que afecta negativamente los intereses de personajes que tienen suficiente poder como para manejar la información en medios y redes, puede convertir fácilmente a los disconformes, y a los que luchan por reivindicaciones, en terroristas.

Estos fragmentos son sólo una pequeña muestra de los temas abordados por las autoras en su ensayo sobre la posverdad y su relación con el metaverso, que profundiza en la complejidad de un fenómeno contemporáneo que ha adquirido una relevancia significativa en la sociedad actual.

La posverdad, como una forma elaborada de mentira, tiene una tradición milenaria, aunque su nombre sea relativamente reciente.

Desde tiempos bíblicos hasta la actualidad, se pueden encontrar ejemplos de manipulación de la verdad con el objetivo de influir en la opinión pública y obtener beneficios personales o políticos. Sin embargo, en la era digital, con la proliferación de los medios de comunicación y las redes sociales, la posverdad ha adquirido una nueva dimensión, facilitando su propagación y su impacto en la sociedad.

Vivimos en un marco donde la información fluye constantemente a través de diversas plataformas y canales, y la posverdad se ha convertido en una herramienta poderosa para aquellos que buscan manipular la opinión pública y mantener el control sobre la narrativa dominante.

A través de la distorsión de los hechos, la desinformación y la propaganda, se puede moldear la percepción de la realidad y manipular las emociones y creencias de las personas.

La posverdad está estrechamente relacionada con el fenómeno del metaverso, un concepto emergente que plantea la posibilidad de una realidad virtual alternativa donde los individuos pueden escapar de los problemas y responsabilidades del mundo real. Si bien el metaverso ofrece oportunidades emocionantes en términos de entretenimiento y exploración, también plantea serias preocupaciones sobre su impacto en la sociedad y la percepción de la realidad.

El metaverso podría convertirse en un refugio para aquellos que buscan evitar enfrentarse a la verdad incómoda. Al ofrecer una realidad alternativa donde todo es posible y donde los individuos pueden ejercer un control total sobre su entorno, el metaverso podría perpetuar aún más la cultura de la posverdad y la desinformación.

Para evitar caer en la espiral de la mentira y la irrealidad, es crucial fomentar un sentido de responsabilidad y discernimiento en la sociedad. Esto implica promover la alfabetización mediática y digital, enseñar a las personas a evaluar críticamente la información que consumen y fomentar el pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad.

Sólo así podremos enfrentar los desafíos planteados por la posverdad y el metaverso y construir un futuro basado en la transparencia, la honestidad y el respeto por la verdad.

*Artículo basado en el ensayo de Silvia Inés Molina y Vedia del Castillo sobre la “Posverdad, la estrategia de Satanás, Revista Mexicana de Opinión Pública, diciembre 2022.

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Opinión

Votarán los bots en elecciones 2024

***Miguel Ángel Romero Ramírez

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No hay un vínculo sólido digital entre los más de 100 millones de mexicanos que conforman el padrón electoral y las tres opciones que estarán en la boleta rumbo a la sucesión presidencial el próximo 2 de junio.

Sheinbaum, la candidata oficialista, y quien más seguidores tiene en su cuenta de X apenas reúne 2.9 millones. Sin embargo, si le aplicamos el dato generalizado de que el 42.4% del tráfico en el país lo originan bots podría concluirse que sólo 1.2 millones tienen la posibilidad de ser verdaderos.

Esta información sobre la influencia de los bots en el ecosistema digital fue publicada en un informe realizado por la compañía global de ciberseguridad Imperva. Contar con una referencia sobre el grado de contaminación del tráfico en Internet a nivel global es muy valioso y un parteaguas para el análisis de cualquier tipo de mercado en un sistema capitalista globalizado, incluido el electoral.

De inicio, habría que decir que los bots no son fortuitos. Distorsionan el tráfico, manipulan vulnerabilidades cognitivas-emocionales de los usuarios y fabrican tendencias en función de distintos intereses, en la mayoría políticos y económicos.

En México, la actual lucha por el poder ha desatado una guerrilla digital la cual es naturalmente dispar. No hay forma de competir con los recursos económicos y tecnológicos que la administración de Andrés Manuel López Obrador ha invertido para construir verdades alternas y para aplastar a quienes opinan distinto en el espacio digital, con todas las implicaciones que ello significa.

En ese sentido, la pregunta sobre ¿cómo se traducen los likes a votos? comienza a ser anticuada. El nuevo panorama exige saber el poder de influencia y destrucción que tienen los bots en una contienda electoral pues bien pueden configurarse como un nuevo poder fáctico, tal como lo son la Iglesia, el crimen organizado, los medios de comunicación o las fuerzas armadas. Se trata del reinado de los algoritmos sobre los individuos y su vez la configuración de sus sociedades.

La conversión no es sencilla pero los síntomas puede que sean mucho más latentes y obvios de lo que imaginamos. No se necesita que la ciudadanía esté totalmente politizada o que sigan, o no, a los candidatos presidenciales o al actual mandatario en sus distintos perfiles en redes sociales para poder evidencia sobre la efectiva manipulación gubernamental.

Es tan simple como que la verdad ha dejado de ser un bien común. No es que los gobiernos anteriores no hayan intentado tergiversar los hechos a partir de propaganda, sino que la administración del presidente López Obrador atraviesa por un momento dorado en la evolución del ecosistema digital que le otorga mayor margen de maniobra para confundir, engañar e instaurar como hechos, infinidad de mentiras y falacias atractivas con alto rendimiento electoral. Pero este estatus no es viablemente durable.

Los líderes autoritarios no tendrán como aliados por mucho tiempo a las nuevas tecnologías. De inicio, el problema está bien identificado y clasificado. De acuerdo con el World Economic Forum, la desinformación y manipulación son los principales riesgos actuales para el orden mundial y sobre esa premisa la comunidad internacional también trabaja para atajar este abuso.

Sin duda, los bots, que representan más del 40% del tráfico en internet de México saldrán a votar este próximo 2 de junio. Su manera de expresarse no será literal, pero lo harán a través de muchos mexicanos que, sin percatarse, se mantienen bajo escrutinio, sobrevigilancia, manipulación y asedio. La distorsión de la verdad y la “deshumanización” del internet a partir de bots deberá de formar parte del debate después de los resultados electorales. ¿a quién elegirá el algoritmo?

***Miguel Ángel Romero Ramírez

Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.

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Los claroscuros de la 87a Convención Bancaria

La banca en el país tiene retos importantes

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Como periodista he cubierto distintos sectores económicos dentro y fuera de México, pero en pocos he visto los desafíos del sector bancario mexicano.

Retos por falta de equidad, trato desigual, discriminación, poca inclusión, comunicación segmentada, clasificación por estratos a personas y un organismo de representación con técnicas elitistas.

Aquí les cuento parte de lo vivido en la 87a Convención Bancaria, organizada por la Asociación de Bancos de México (ABM), donde experimenté acciones derivadas de sesgos conscientes e inconscientes que siguen causando daño a nuestro país.

Durante el evento realizado en Acapulco, Guerrero, el pasado 18 y 19 de abril, una directiva del sector bancario se acercó a mí y me pidió seguir enfocando mi trabajo en los temas de equidad.

El mensaje de la directiva me mostró la necesidad interna en el sector por frenar las prácticas sistemáticas de machismo y opresión hacia el talento femenino

Otra fuente se acercó y me comentó que se había planteado la presencia de mujeres durante la inauguración de la convención. Pero no hubo una sola mujer en la mesa con los otros directores.

Cabe señalar que sí existe el talento femenino capaz y el liderazgo de cientos de mujeres en el sector que incluso realizan más acciones operativas que los directivos de los bancos. Aún así siguieron siendo excluidas de la mesa.

¿Qué mensaje creen los banqueros que recibimos con estas acciones? Al menos como periodista, la ABM nos hace dudar de todas las iniciativas que dicen hacer los bancos sobre temas sostenibles y sobre las inversiones que supuestamente dedican a estos tópicos.

Los retos en la comunicación

Me sorprendió también la discriminación del área de comunicación de la ABM.

El trato no igualitario y las prácticas elitistas parecen ser no sólo comunes, sino aprobadas por más de uno.

La comunicación no fluye de la misma manera para todos, e incluso el maltrato viene dependiendo de solicitudes de información.

Los temas como el pasado partidista de los directivos del área o su mimetismo con prácticas discriminatorias de sus superiores son parte de las razones que se explican los periodistas en los pasillos.

¿Dónde están los efectos de los cursos para evitar acciones que van contra toda la tendencia a favor de la equidad, la inclusión y el propósito de las organizaciones?

El presidente Andrés Manuel López Obrador felicitó al final de la convención a los banqueros por sus ganancias, pero como periodista veo que el dinero no lo es todo, hoy el mundo ha cambiado y demanda nuevas facetas de la banca mexicana.

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