Ciudad de México, 19 de marzo, 2024.- A ocho años de la firma y ratificación del Acuerdo de París, la innovación y tecnología juegan un papel crucial en el camino de México hacia la eficiencia energética, ya que el país es el segundo país latinoamericano con mayor producción de gases de efecto invernadero, de acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina y Caribe, indicó Jazmín Salazar, CEPO y fundadora de Oxtron.
Consideró que para evitar aumentos en la temperatura en Latinoamérica se requiere implementar estrategias para lograr cero emisiones netas de CO2. La descarbonización juega un papel fundamental y por ello el Acuerdo de París indica que esta acción debe darse en el contexto de un desarrollo sostenible que no deje de lado los esfuerzos por erradicar la pobreza, es decir, dentro de los sectores empresarial y económico.
La meta sigue siendo la misma: que el aumento de la temperatura global no exceda los 2 °C promedio a finales del siglo y fortalecer los esfuerzos políticos a fin de limitar este fenómeno a 1.5 °C.
De acuerdo con el Banco Mundial, América Latina produce 8 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial y es quizá una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático, para ello, vale recordar que en 2020 tuvo lugar una de las más catastróficas temporadas de incendios de la historia en la región del Pantanal o que las tormentas y ciclones rompieron récord en el Atlántico, dentro de las cuales dos huracanes de categoría 4 afectaron a más de 8 millones de personas, causando daños estimados en decenas de miles de millones de dólares.
Para los países latinoamericanos los esfuerzos por impulsar las prácticas sostenibles deben ser contundentes y urgentes; un aumento de 1.5 °C para la región podría significar una reducción en los ingresos del 40% de más de la mitad la población, arrastrando a la pobreza extrema a un rango de 2.4 y 5.8 millones de latinos para 2030, pronostica la “Hoja de ruta para la acción climática en América Latina y el Caribe 2021-25”.
Lo anterior no solo impactaría negativamente a la región, sino que tendría un gran efecto adverso a nivel global, pues América Latina es la principal región exportadora de alimentos y posee el 50% de la biodiversidad del mundo, de acuerdo con la CAF.
Descarbonización y prácticas sostenibles posibles
Lograr esta transformación estructural presenta un reto tanto para los gobiernos, como para las personas y empresas, puesto que no es nada sencillo realizar cambios de fondo en tantas áreas, en poco tiempo. Sin embargo, un caso de éxito del uso correcto de tecnologías de descarbonización para impulsar acciones conjuntas en favor de una economía y sociedad más sostenible es el de Costa Rica.
El país centroamericano es poseedor del 4% de la biodiversidad del mundo y ha logrado mantener el 39% de su superficie en estado natural o seminatural con un muy bajo impacto humano. Actualmente, es la única nación a nivel mundial que ha logrado cumplir en un 83% sus metas de descarbonización y reducción de huella de carbono, de acuerdo con Naciones Unidas.
En el caso de México, tanto las acciones de descarbonización como de desarrollo deben ir de la mano, pues, estudios revelan que para lograr metas como la costarricense, se requiere una reducción de las emisiones totales de un promedio de 6.8% anuales, y estas deben de apoyarse con una disminución del 8.1% de la intensidad energética, más una aminoración del 4.4% de la intensidad carbónica en los principales sectores generadores de GEI, lo que implica multiplicar por aproximadamente 10 la actual tasa de descarbonización de la economía.
Todo comienza por la medición
Con el fin de lograr dicha meta, las políticas públicas han establecido nuevos lineamientos que impulsan la actividad económica a la descarbonización, por lo que las empresas mexicanas deben cumplir con nuevos requisitos normativos. Parte de estos lineamientos consisten en la contabilización de emisiones, lo cual, requiere en primera instancia una estrategia de medición de las mismas. Sin embargo, el 91% de las empresas no miden sus emisiones completas, de acuerdo con Oxtron.
Para que las empresas puedan lograr iniciar la contabilización de sus emisiones requieren de un aliado que les permita monitorear, gestionar e inventariar su huella de carbono total, estableciendo una línea de base precisa y destacando los puntos críticos de emisiones.
De acuerdo con la empresa CleanTech, más del 70 % de las emisiones se encuentran en la cadena de suministro, un motor de contabilidad de carbono especializado calcula todas las emisiones, según el Protocolo de GEI. Esta tecnología es capaz de detectar la intensidad de emisiones en diferentes actividades como:
Combustión estacionaria, Combustión móvil, Fugas y refrigerantes, Biogénico, Compra de electricidad, Basado en la locación, Basado en el mercado, Calefacción y vapor, Transporte y distribución, Viajes de negocio, Transporte de colaboradores y la ruta tecnológica hacia una cultura del Cero Neto.
Las tecnologías e innovaciones enfocadas en la descarbonización son clave para lograr la transformación necesaria de los procesos industriales y de comercio, así como los sociales. La medición, captura, almacenamiento y gestión de las emisiones de carbono se destaca como una herramienta aliada para los negocios de diversas industrias, ya que no solo les permite reducir su impacto ambiental, sino abrir nuevas líneas de negocio a partir de la transformación de las emisiones almacenadas.
Si bien es cierto que en México la implementación de estrategias de descarbonización requiere abordarse desde distintos puntos y políticas públicas, la realidad es que el papel que juega el ecosistema empresarial es fundamental para impulsar dichas acciones para el bienestar público y medioambiental.
Un ejemplo de cómo la acción empresarial puede impulsar políticas de descarbonización tiene que ver con los mercados de carbono que hoy en día están tomando fuerza.
Una forma de acelerar la acción climática es a través de los Mercados Voluntarios de Carbono, los cuales registran un aumento del 60% interanual a nivel global, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo. Por medio de los mismos es posible enviar las señales correctas tanto a los actores del sector privado como del gubernamental para hacer crecer la demanda, y crear mecanismos de mercado para el desarrollo de una nueva oferta a escala que impulse políticas de fijación de precios.