Ciudad de México, 25 de marzo, 2022.- Investigadores financiados por la NASA concluyeron que, a pesar de las mejoras en algunas partes del mundo y para ciertos contaminantes, la calidad del aire sigue siendo un factor importante que contribuye a las enfermedades. Mitigar la contaminación es crucial para la salud pública, especialmente para los niños, que pueden ser particularmente susceptibles a enfermedades respiratorias como el asma.
Han conectado las consecuencias sanitarias en diferentes ciudades del mundo con datos satelitales y terrestres sobre la contaminación del aire.
“Casi todas las personas en cualquier ciudad del mundo están expuestas a un aire que tiene niveles dañinos de contaminación atmosférica”, dijo la autora principal, Susan C. Anenberg, profesora adjunta de salud global en la Universidad George Washington y miembro del equipo de Ciencias Aplicadas a la Salud y la Calidad del Aire de la NASA.
A nivel mundial, la contaminación atmosférica es el cuarto factor de riesgo de muerte. Algunos contaminantes se concentran en las zonas urbanas, donde vive aproximadamente la mitad de la población mundial.
En los países muy desarrollados, cerca del 80% de la población vive en zonas urbanas. “Sabemos que tanto la contaminación del aire como la población están ubicadas en zonas urbanas”, dijo Anenberg, “pero nunca antes hemos tenido estimaciones de la carga de morbilidad por contaminación del aire en diferentes ciudades del mundo”.
Los estudios de Anenberg y sus colegas se centraron en el dióxido de nitrógeno(NO2) y las partículas finas (PM2.5). El dióxido de nitrógeno, que se produce en gran medida por las emisiones de automóviles, camiones y autobuses, está asociado con la incidencia del asma pediátrica. También es un precursor del ozono y del PM2.5, que es la principal causa de muerte relacionada con la contaminación del aire.
En los estudios, los equipos combinaron dos décadas de observaciones satelitales realizadas en 13.000 zonas urbanas de todo el mundo con datos de salud del estudio Carga mundial de morbilidad, una investigación científica exhaustiva sobre salud, factores de riesgo, enfermedades y muertes en 204 países del mundo.
“Esta es la primera vez que tenemos concentraciones para todas las zonas urbanas del mundo”, dijo Anenberg. “Y no solo a qué concentraciones de contaminantes están expuestas las personas, sino lo que esto significa para su salud”.
Los investigadores utilizaron un mapa en donde hicieron un muestreo de las concentraciones medias anuales de dióxido de nitrógeno entre los años 2000 y 2019. El mapa está basado en datos de un modelo de regresión del uso de la tierra, combinado con datos del Instrumento de monitoreo de ozono a bordo de Aura. El equipo usó estos conjuntos de datos para ampliar varios años de monitoreo de datos desde tierra hasta una escala global a alta resolución.
Luego, los investigadores combinaron las concentraciones de NO2 con los datos de población y las tasas de asma del estudio Carga mundial de morbilidad. Esto les permitió estimar la incidencia de asma pediátrica atribuible al dióxido de nitrógeno entre 2000 y 2019. Ellos estimaron que 1,85 millones de nuevos casos de asma a nivel mundial en 2019 fueron atribuibles al dióxido de nitrógeno. Dos tercios de estos nuevos casos ocurrieron en zonas urbanas.
La gráfica anterior muestra la fracción de todos los casos de asma a nivel mundial, así como en las zonas rurales y urbanas, que fueron atribuibles a la contaminación por dióxido de nitrógeno. La tasa urbana disminuyó (de 19,8% a 16,0%) pero el número total de casos en zonas urbanas se mantuvo aproximadamente igual, con 1,22 millones de casos en el año 2000 y 1,24 millones de casos en 2019.
“El porcentaje de casos de asma atribuibles al dióxido de nitrógeno bajó, y eso es una buena noticia”, dijo Anenberg, “pero se equilibró con el crecimiento de la población. Esa fue la razón por la que tuvimos aproximadamente el mismo número en el 2000 frente al 2019”.
Los casos de asma urbana atribuibles al dióxido de nitrógeno aumentaron en Asia meridional, el África subsahariana y del norte y en el Oriente Medio. Muchas otras regiones del mundo —tanto en las economías de ingresos altos como las de ingresos bajos— registraron descensos en el NO2 y en las tasas de asma.
Sin embargo, a pesar de algunas disminuciones en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en algunas regiones, esto “no es suficiente para garantizar que los niños respiren aire limpio”, añadió Anenberg.
“Aproximadamente tres cuartas partes de las ciudades del mundo tienen concentraciones de dióxido de nitrógeno que superan las directrices actuales de la Organización Mundial de la Salud”.
Imágenes del Observatorio de la Tierra de la NASA por Joshua Stevens, utilizando datos por cortesía de Anenberg, S. C., et ál. (2022). Reportaje por Sara E. Pratt.
Información tomada de Ciencias Terrestres | Ciencia de la NASA