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De las almas inocentes

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Parte I

Habían cavado más de dos metros en el fango y no paraba de brotar agua del subsuelo. Estaban exhaustos. Por tercer día consecutivo hacían turnos y se esforzaban con el pico, la pala y un par de botes de lámina con un asa de madera en un costado de la boca del recipiente.

La construcción de una cisterna de tres por tres metros, a manera de un cubo de concreto enterrado, no es empresa fácil. La urbanización de la colonia ha sido paulatina. El drenaje y el agua son los primeros pasos para cambiar la fisonomía de cualquier entorno.

Muerto y Guapachoso —mejor conocido como Guapa—, habían hecho buena reputación como constructores. Muerto, sobra decirlo, era delgado de tipo cadavérico, de color amarillo, casi calvo; casi como un efectivo cadáver insepulto; excepto por su inagotable apetito. Guapa era experto en la guaracha, la cumbia y el danzón. Puede decirse que para eso nací y para eso vivo —decía sobre su afición—. Usaba el bigote al estilo Pedro Infante, y vestía un pantalón holgado, sostenido por un par de tirantes rojos deslavados, que eran más un adorno que un verdadero sostén.

Por varios meses, había ahorrado —unas “lucas”, decía él— en un marrano de barro negro, de los sentaditos, que ya casi no se consiguen, de los que uno se ganaba jugando en las caniqueras de las ferias de pueblo y en los barrios.

El sueño de Guapa era perfeccionarse en el arte del baile. Por eso estaba juntando unas lucas en el cochino, para reunirse con su hermano mayor en Nueva York, en los Estados Unidos. Habían quedado huérfanos desde muy pequeños y quedaron a cargo de una tía, una mujer de religiosidad estricta, a prueba de cualquier tentación del maligno.

Muerto, por su parte, era el vago de su familia. Obligado, concluyó la educación primaria, bajo la supervisión de su madre: ama de casa dedicada en cuerpo y alma a procurarles una buena educación y valores morales a sus tres vástagos. Cuando el primero de ellos terminó la escuela y se empleó en una fábrica de parabrisas, la familia tuvo mejores oportunidades: había comida en la mesa todos los días, y los domingos se daban el gusto de jamar barbacoa y consomé en el mercado de San Juan: un túnel sombrío cubierto por láminas variopintas, debajo de ellas caminaban los marchantes entre los lodazales causados por las intensas temporadas de lluvia.

Dicen que Muerto nació difunto. No era del todo metafórico el señalamiento, su madre aseguraba que la partera, angustiada, le mostró al recién nacido, envuelto en una toalla blanca, ennegrecida, manchada con salpicaduras rojas. Lo siento, Anita, nació muerto, pero estos niños son angelitos que Dios necesita para su coro celestial —dijo la comadrona con un tono de justificación y consuelo para la madre—. Ambas mujeres, sin quitar los ojos del infante, cada una, en medio de sus propios pensamientos, disponían a su modo de los servicios que serían utilizados para darle cristiana sepultura al niño (en todo sepelio, el muerto pasa a ser propiedad colectiva).

Entonces, como un resuello atorado en el gaznate, o una radio mal sintonizada a la que se gira la perilla para aumentar el volumen de una sola vez, aquella alma que se daba por ida regresó a poblar ese pequeño cuerpo desnutrido y con furia jaló hacia sus pulmones el aire que por varios minutos le fuese negado. Chilló tan fuerte, como una rata gigante que sufre los estertores agónicos del veneno que le derrite los órganos, que hasta hizo sangrar los tímpanos de su madre, quien ese día perdió el oído derecho.

Muerto creció gozando de relativas comodidades. El trabajo de su hermano en la fábrica y el posterior empleo de su hermana como enfermera auxiliar en el Centro de Salud de la colonia, auguraba mejores tiempos de prosperidad para la familia. En conjunto, ideaban los domingos, entre tacos de consomé, formalizar la construcción de la casa en la parte trasera del terreno, heredado por la abuela —muerta cinco años antes y una de las primeras pobladoras de los páramos de Lago Seco.

Muerto era el único que se exentaba, por voluntad, de los planes familiares. No tenía ambiciones personales ni participaba de las ideas colectivas (ni fu ni fa). Todos habían decidido respetar su silencio, atribuible, tal vez, a su falta de oxígeno al nacer. El Difunto era ferviente lector de la revista Pregunta, donde lo increíble es la neta —según el eslogan de la publicación—; a leer ésta y otras revistas dedicaba sus horas muertas —por naturaleza, eran las veinticuatro que componían su día—. El muchacho comenzó a ausentarse de las clases en la secundaria. De lunes a viernes, salía de su casa a tiempo para ir a la escuela, pero, tomando las debidas precauciones, llegaba hasta la escultura de San Antonio, en la Parroquia del Señor de Lago Seco, y escondía los útiles escolares bajo el mantel de terciopelo que hacía las veces de faldón largo que cubría la mesa de madera donde despachaba el santo a los feligreses.

Esa fue la vida de Muerto, hasta que llegó el momento de ajustar cuentas (a toda capillita le llega su fiestecita): una mañana, la orientadora de la escuela secundaria tocó la desvencijada puerta de la casa familiar. En pocas palabras, informó a la madre que Muerto —Rufino llevaba por nombre— hacía dos meses que dejó de acudir a clases. Mi presencia es para hacer de su conocimiento esta situación y para comentarle que puede acudir a la oficina escolar para que le sean devueltos los documentos del joven, pues su ausencia reiterada causó su baja. —dijo la mujer, acostumbrada a ese tipo de penosos trámites donde el mensajero era el culpable de las pifias ajenas. Por eso se limitó a comentar lo dicho, a extender una pluma de tinta negra y a dar una copia de la notificación escrita, donde se manifestaba por enterada, a la madre de familia, acerca de la situación. Después partió a bordo de su automóvil Barracuda color aceituna, levantando una enorme polvareda en la sinuosa calle de terracería, hasta perderse en la lejanía caliente, en la que la gente llamaba el “vaho del diablo”.

Es por demás —dijo la madre resignada—. A este nadie lo endereza. Y acto seguido comenzó a culparse: que si por sus temores lo retuvo de más y no nació a tiempo para pegar resuello, que si los genes del padre… En fin, durante varios días estuvo consternada, cavilando, fuera del mundo, cumpliendo con sus tareas cotidianas.

Liberado del peso de las apariencias y de la hipocresía, Muerto se entregaba, a pata tirante, a los placeres de ser hijo de familia y apestado social: ya no tenía que fingir ir a la escuela ni dar grandes rodeos por la colonia. No más engaños ni regaños. Porque, eso sí, hasta los hermanos mayores creían tener la autoridad para meter mano en su vida y darle consejos no solicitados. Está bien que ahora aportaban el gasto familiar, pero eso no les daba derecho alguno, no: creen que por matarme el hambre también pueden matarme el espíritu. No. De ninguna manera. Porque Muerto tenía su dignidad. Es más, hasta San Antonio y su chilpayate ya empezaban a caerle mal; cuántas veces no le encargó su morral con los útiles escolares, bajo el mantel rojo de terciopelo que cubría la mesa donde tenía sus oficinas centrales el santo.

También tenía presente que le solicitó un milagrito de más caché, algo más pomposo, digamos, algo que valiera la vergüenza del pedimento, la humillación y el socavamiento de la dignidad; algo como un dinerito no pedido que bajara del cielo, de allá donde sólo se codean los de arriba con el mero mero, con el que hizo las leyes de la naturaleza y, por ende, el único que las hace, las tuerce y las deshace.

Muerto estaba seguro de que los santos y su patrón tenían mucha responsabilidad en aquello de repartir sesos con cucharas distintas. Por eso se sentía despojado. Cuánta tristeza le causaba suponer que le habían surtido la de pensar con una medida miserable que sólo le servía para fanfarronear con sus lecturas de la revista Pregunta. Siendo que, hasta para ser alguien en el barrio, debía presumir a sus hermanos, que eran los que sí habían estudiado. Cuánta humillación le causaba vestirse de plumas ajenas, aunque fuesen de los gallos del mismo corral.

Pese a todo, Muerto disfrutaba de su colección de revistas, encerrado a piedra y lodo en una covacha para él solo, al fondo del terreno, vecino del corral de los perros: Sarnas y Viruta. De esa cueva salía, únicamente, un par de minutos al día para tomar, con dignidad, la charola con comida que su madre le confeccionaba amorosamente, tres veces al día. Porque una cosa es decir que cometió un error y otra muy diferente quererlo matar de hambre —se justificaba su madre, tratando de resarcir familiarmente, aunque fuese en lo mínimo, la reputación mal entendida de su polluelo.

Pero Muerto tampoco olvidaba que lo habían descubierto en la maroma de la escuela y sus ausencias de ésta, y que ahora estaba preso, y no de la cárcel de los besos de nadie (como diría El Príncipe), sino en su propia casa y que sus carceleros eran sus propios hermanos y su jefecita santa quien parecía voltearle bandera, y todo a causa del cochino dinero que nada vale, pero cómo sirve; todos gozaban recalcándole que eran los que apoquinaban el capital para que él pudiera darse el lujo de comer tres veces al día, los siete de días de la semana de los trescientos sesenta y cinco días del año, de todos los años que habían transcurrido hasta la fecha, es decir, desde hace quince primaveras las flores de mayo serán para ti, entrado en los dieciséis abriles: que era la edad del muchacho, asentada en el acta de nacimiento expedida por un juzgado estatal en donde se recalcaba en letras mayúsculas de mayor puntaje, que el niño era HIJO NATURAL de la señora fulana de tal.

Cuánto oprobio empezó a causarle esa distinción, cuando, en la escuela, los primeros que le colgaron el San Benito fueron los profesores, quienes lo hicieron del conocimiento de la población escolar y, después de la colonia y, más tarde, del país; tal vez eso pensó, o si no lo pensó, pudo considerarlo, porque le molestaba terriblemente saberse en esa situación. Porque si de cuestiones naturales se habla, la naturaleza establece que para concebir se necesitan dos, como en los pleitos, y que fue necesario el ayuntamiento de un hombre y de una mujer, en este caso, de su madre con un hombre, sea quien fuese —para los efectos: su padre biológico— a fin de que pudiese ser concebido, engendrado. Porque, según leyendas urbanas, Muerto estaba en el éter de las almas esperando que le asignaran turno para ocupar un mueble llamado cuerpo y, así, transformarse de la idea del Creador en un embrión, después en un feto, y, más tarde, en una promesa que, tristemente, se quedó sólo en eso: una promesa.

Porque no se puede ser de otra forma, si el muchacho sólo había recibido promesas de su entorno: promesas de conocer a su padre, quien ni siquiera fue por cigarros a la tienda una noche y jamás regresó; no, Muerto era el más joven de los hermanos y a quien más le dolía la ausencia del progenitor. Aunque Anita, su madre, se deshiciera en garantizarle al muchacho: un día de estos te voy a llevar a conocer a tu padre; es un hombre muy ocupado; no desesperes, ya estoy en contacto con él… Todas eran simples y llanas promesas: de conocer al padre, de una mejor vida, aunque eso de mejor vida hasta resultaba ofensivo para ese apetitoso cadáver que deambulaba por la oscura, negra, perpetua realidad que abraza, escuece y liquida a cualquiera, trátese de quien se trate, así sea del inanimado —reiteración— Muerto. Porque aquello de pasar a mejor vida se lo había escuchado a las beatas de la iglesia en múltiples ocasiones. La mejor vida significaba morirse para vivir mejor, y, la verdad, eso de la sufridera por vocación no le acomodaba, en absoluto. Y en su caso, haber nacido muerto y luego reencontrarse con la vida no era cosa mínima, ni algo que pudiese dejarse de lado. La cosa está en empezar a vivir bien desde aquí, y luego pasar a mejor vida (nadie lo pone en duda), pero ya acostumbrado a lo bueno, para que a nadie le caiga de peso.

Pero, como dice la canción: Al cabo no he de ser los pilares de la cárcel/ Al cabo no he de ser los candados de las puertas… Y es que a nadie convenía que continuara esa situación de encierro que, a todas luces, era más parecida a un premio que a un castigo. Así que, no más de un mes y medio después, se abrieron las rejas de la cárcel en la que Muerto se había auto confinado, con la tolerancia de su madre y de sus hermanos. Como animal liberado, primero tanteó el terreno, un tanto medroso; eso sucedió el día en que el desayuno dejó de acudir puntual a la cita, montado en su charola de la rubia superior, a eso de las once de la mañana. Porque, definitivamente, al muchacho le molestaba ser despertado durante las horas previas.

Acostumbrado a desvelarse hojeando la revista Pregunta, se hacía las ilusiones de viajar a otros mundos para conocer el origen de las culturas humanas. Ya se veía refutando la ciencia con teorías sesudas, nacidas de los inquietantes planteamientos que cuestionasen todo lo establecido; porque Muerto estaba convencido de que los humanos vivían en una realidad construida, diseñada por una mente maestra cuyo único propósito era el sometimiento de las razas inferiores, esclavos programados para obedecer, quienes, sin duda, habían colaborado con su fuerza de trabajo en la construcción de las pirámides principales de Giza, en Egipto y en las de Teotihuacan, en México.

Aún, algo en su interior le desvelaba cierta nostalgia por un pasado glorioso en una tierra donde sólo quedaban ruinas. Y él, Muerto (Doctor Rufino, en el futuro) sería admirado por sus aportaciones científicas… Todos esos pensamientos fueron borrados de golpe y la furia de la realidad lo golpeó en el rostro de forma imperativa:

—Irás a buscar trabajo y hasta que consigas algo vas a regresar. Porque tus hermanos ya se cansaron de que no hagas nada: ni la escuela, ni el trabajo, ni nada. Todo para ti es catre, tragazón y dormidera —dijo la madre con claridad nunca vista—. Mientras la mujer hablaba, secaba sus manos enjabonadas en la tela del mandil de cuadrillé, de donde extrajo un billete de cien pesos y lo extendió hacia el muchacho. Éste lo tomó con cuidado, como quien toma una serpiente envuelta en un pañuelo de seda. Comprendió que estaba siendo expulsado del paraíso terrenal, que una fuerza oscura y manipuladora, producto de una mente maestra que quería controlar el mundo, estaba apresando las conciencias de sus familiares, quienes ahora manifestaban rasgos violentos que amenazaban la integridad mental de un ser desvalido como él.

Porque, ¿quién tuvo la ocurrencia de que un pensador de su magnitud, lector asiduo de la revista Pregunta, futuro liberador del pensamiento, debía preocuparse por asuntos tan banales como conseguir dinero para comer y pagar las cuentas de la elemental sobrevivencia? No cabía duda de que estaba dando inicio la batalla contra el verdadero maligno, el ser manipulador y engañoso que buscaba la perdición del mundo. Y ahora estaba de lleno ocupado en mal vibrarle la existencia a él, a Rufino, mejor conocido como Muerto en los círculos estudiantiles de una secundaria ubicada en una colonia en Lago Seco.

Pobres de aquellos que no distinguen el rastrojo del fruto, pensó. Y sintió de refilón la llamarada de la divinidad iluminándole la mollera. Quiso devolverle el billete a su madre, por pura dignidad, pero algo en su interior le dijo que la dignidad era un concepto muy flexible, así que lo tomó con dos dedos, como quien toma por las patas a un insecto repugnante. Dio media vuelta y volvió a su cuchitril enseñoreado, empujado por la maldita realidad que acorrala hasta a los iluminados, a los redentores del mundo. Pero si el mundo necesitaba pruebas, las tendría. Qué San Antonio ni qué nada; en el futuro, con todo y chilpayate, el santo sería sustituido de su mesa con mantel de terciopelo rojo, y, en su lugar, colocarían una escultura del propio Muerto, de no menor altura, y con la expresión de crucificado y ardido, que tienen las esculturas de las iglesias. Estaba convencido, como lo estaba de todo aquello que imaginaba (sólo imaginaba). Porque la vida, si bien, es sueño, y los sueños, sueños son, él estaba para devolverles el sueño y la esperanza a los seres humanos.

Muerto tomó su sudadera negra de capucha y calzó sus botas industriales de casquillo. Salió determinado del cuartucho que lo había acogido durante los últimos días, y dejó atrás el olor a humano que se aferraba a su pellejo corporal, acompañándole siempre y en todo lugar, como una estela fantasmal, como una aureola de santidad mugrosa.

Solicitó trabajo en una imprenta, y, durante la primera semana, sus compañeros se dedicaron a hacerle bromas: le pusieron una cola de estopa con thinner y la encendieron, apenas el muchacho les dio la espalda. La misma estopa le fue arrojada a través del vidrio roto de la puerta del baño, mientras se concentraba en lo propio, obligándolo a salir del pequeño rectángulo aún con los pantalones debajo de la rodilla. El maestro impresor le pidió, urgentemente, que tomara un garrafón de cuatro litros, vacío, para que comprara, en la tlapalería, aire libre de ozono para la compresora; no sin antes, aclararle que pusiera atención, porque el aire libre de ozono era más blanco que el aire con ozono, que era más azul, y que debía ponerse atento, porque esos de la tlapalería eran unos abusivos a la hora de despachar el aire y, con frecuencia, robaban a la gente. También le pidió que, de paso, se llevara una bolsa grande para comprar veinte pesos de cebo de león; con este no debía tener problema, en tanto, que es esponjoso y, generalmente, lo despachan envuelto en papel periódico —hizo hincapié el maestro impresor.

 Sobra decir que, cuando regresó del mandado, la fauna de la imprenta se desgañitó al mirar el rostro desencajado del muchacho, quien apretaba las mandíbulas y evitaba hacer contacto visual con cualquiera de ellos. Dedujo que se trataba de una broma.

Pese a la experiencia, la inocencia del muchacho siguió actuando de víctima propicia de la malignidad de cábulas y sátrapas que se reían de la vida, afilando sus garras en los más débiles, como él, avispándolos hasta sacarlos de sus cómodos huevos confortables, colocados tibiamente bajo las enaguas de su mamá gallina.

Harto de las burlas, Muerto cobró su quincena, la única, la última, en esa imprenta ubicada en la calle de Perú, en el Centro Histórico de la ciudad. De nada valieron las palabras de aliento con las que sus patrones, Irma y Roberto, intentaron convencerlo de que debía soportar un poco más para adaptarse: Con el tiempo te acostumbrarás, verás que te gustará trabajar aquí. Pero nada surtió efecto.

Por anuncios colocados en las cabinas telefónicas, consiguió empleo, esa misma noche, como ayudante en un antro al sur de la ciudad. Pero Muerto, como ya era común, volvió al pozo de sus inseguridades, mientras los vivos se entregaban al gozo con singular alegría. Durante la primera semana en su nuevo empleo, el muchacho fue enviado por el jefe de barra a comprar licor de sombra de árbol, y, de no haberlo en existencia, sustituirlo por licor de hueso de jícama; y comprar, de pasada, un escarchador de popotes y una caja de aros de sal para los bordes de los vasos; pero el muchacho navegaba entre el estrés, la desvelada y la ignorancia en un mundo que sólo ofrecía burlarse de él. Por eso fue necesario que le enviaran un par de veces más a comprar tres frascos de clamato de guayaba y un colador de hielos; en cada ocasión, la dependienta de la tienda de conveniencia resistió la carcajada hasta ponerse roja, llorosa y tirarse un sonoro y estridente flato que la liberó de la vergüenza y le permitió desternillarse hasta encharcar el área de las cajas con una marea incontenible de líquido con olor a amoniaco y a burla, cortesía de la inocencia de Muerto.

Sin embargo, cuando aquel mar que le manaba del cuerpo a la muchacha cesó, pudo explicarle al muchacho, pacientemente, que, seguramente, se trataba de una broma, una especie de novatada que le estaban jugando sus compañeros de trabajo. Por eso, cuando pidieron a Muerto buscar al gerente para pedirle las llaves y proceder a “abrir” la pista de baile, el joven sonrió y los envió sin escalas, sólo con un par de timbres postales, directos a la tiznada. Era más que evidente de que se trataba de un gran día, el día en que Muerto estaba volviendo, de nueva cuenta, a la vida.

Continuará…

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Opinión

Banamex, ¿qué está pasando con su venta?

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La venta de Banamex “avanza muy bien”.

Al menos así fue la declaración de Jane Fraser, directora global de Citigroup, la cual fue secundada por Manuel Romo, director general de Citibanamex.

Durante la 31 Reunión Plenaria de Consejos Consultivos de Citibanamex, realizada en un hotel de la Ciudad de México, las declaraciones de Banamex surgen después de dudas sobre el proceso de venta.

Trascendidos han apuntado a un retraso y posible freno en el proceso de negociación entre Citibanamex y Grupo México por diversos factores, entre ellos una supuesta deuda en el caso Oceanografía.

Pese a las dudas, la CEO de Citigroup, aseveró en una videoconferencia, que el proceso de venta de los negocios de banca de consumo y banca empresarial “ha avanzado muy bien”.

Para Fraser, en todo momento se ha procedido con cuidado y se ha tenido presente a sus clientes, incluso mencionó que mantiene estrecha comunicación con reguladores y autoridades.

Las declaraciones de la CEO de Citigroup también fueron más allá.

Fraser apuntó que una vez concluida esta transacción, Citi no se va del país.

Para la multinacional financiera, México es un mercado muy importante, por lo que aseguró que sus negocios de banca corporativa, de inversión y de private bank se mantendrán, por lo que continuarán inversiones en nuestro mercado.

Incertidumbre disipada

En medio del proceso de venta habían trascendido presuntas complicaciones en el proceso de compra-venta de Banamex, sin embargo, el grupo financiero salió firme a despejar las dudas.

El nombre de Oceanografía ha sido vinculado a la transacción de Citigroup, debido a un supuesto adeudo de más de 5 mil millones de pesos, sin embargo, las declaraciones de los directivos de Citi apuntan a un claro progreso en las negociaciones.

En la plenaria de Citibanamex realizada en un hotel de la Ciudad de México, el hermetismo fue la constante, aunque fue notorio el esfuerzo del banco por comunicar en medio de un proceso que demanda una alta confidencialidad.

Concentrados en la separación

Manuel Romo, director general de CitiBanamex, dijo que están concentrados en implementar el proceso de separación y venta de la banca de consumo y banca empresarial.

El directivo mencionó en su plenaria que buscarán dar nacimiento a dos instituciones líderes en el mercado financiero nacional.

Los cuestionamientos sobre una marca emblemática para México parecen comenzar a disiparse.

Por ahora, los reflectores están puestos sobre esta transacción histórica y habrá que esperar la resolución de un icónico proceso de venta.

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Opinión

“Torrente” de inversiones viene a México de Bimbo, Danone, Unilever y otras

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  • Impetuosas corrientes de inversiones se aproximan a México.

El “torrente” de capital proviene de empresas de diferentes sectores como consumo, tecnología, retail o la industria farmacéutica.

Los protagonistas de esta vigorosa temporada son corporativos como Grupo Bimbo, Danone, Unilever, Home Depot, Axtel, Hasbro, Soriana y otras multinacionales.

El mercado mexicano sigue siendo atractivo para empresas líderes por distintas razones y a pesar de diversos retos que tenemos como país.

El bono demográfico, la posición estratégica y geográfica de nuestro mercado, los acuerdos comerciales, la fortaleza en el consumo interno y el potencial de crecimiento en cada industria son parte de los alicientes para estas compañías favorecedoras del desarrollo económico.

¿Cuáles son las inversiones?

Bimbo es una de las empresas que lleva la batuta y representa una guía dentro del entorno empresarial mexicano, por ello, su decisión es clave para detonar inversiones.

La panificadora anunció una inversión histórica para 2023. La empresa prevé una inyección de capital de entre 1,700 y 2,000 millones de dólares, las cifras estarían entre 20% y 40% por encima de los recursos ejercidos el año pasado.

El corporativo liderado por Daniel Servitje no sólo tiene una visión de crecimiento e inversión, sino también una clara apuesta de agricultura regenerativa como una forma de proteger, cuidar y fortalecer al campo en México, así como en otras partes del mundo.

Por otra parte, Grupo Danone informó a inicios de este año que México será un polo de inversión para la empresa dentro de Latinoamérica.

Fabrice Salamanca, vicepresidente de asuntos públicos y legal de Danone México, nos anticipó que nuestro país es el séptimo mercado más importante a nivel global para la multinacional y su enfoque seguirá apostando por un crecimiento sustentable en nuestro mercado.

Otra multinacional que sorprendió al mercado con su anuncio de inversión fue Unilever.

Este corporativo es dirigido por una mujer, Lourdes Castañeda, quien además de emerger como una de las principales líderes del sector empresarial en México, también encabezará la inversión de 400 millones de dólares para la instalación de una nueva planta de la empresa en nuestro país.

El nuevo complejo estará en Nuevo León y se enfocará en fabricar productos de belleza y cuidado personal.

La decisión de Unilever representa un movimiento estratégico y de aliciente para la confianza hacia el mercado mexicano por parte de empresas internacionales, pero también muestra la sensibilidad de los corporativos por apostar por el desarrollo económico de nuestro mercado.

Toda inversión representa una derrama económica; generación de empleos directos e indirectos; la formación de polos de crecimiento; impulso a zonas aledañas a las plantas, complejos o mercados donde se ejerce la inversión y, sobre todo, la posibilidad de familias mexicanas por acceder a un mejoramiento en su calidad de vida.

Los negocios son números, datos, sin embargo, las inversiones influyen más allá del negocio, impactan a decenas de familias a través de la generación de oportunidades.

Inversiones en distintos sectores

Los anuncios de inversiones no han terminado, por ejemplo, la empresa de telecomunicaciones Axtel invertirá más de 70 millones de dólares este año para expandir su negocio y crecer a doble dígito, en medio de su proceso de escisión de su matriz Alfa.

Dentro del sector del entretenimiento, Hasbro City México acelera el paso de sus inversiones para inaugurar en el primer semestre de este año su primer parque en México dentro del Paseo Interlomas.

La inversión de Hasbro City México supera los 16 millones de dólares y el proyecto prevé 60 millones de dólares para diversos parques en Latinoamérica.

The Home Depot también informó sobre sus planes de expansión en México y contempla inversiones por 3,700 millones de pesos para este 2023.

La cadena de tiendas prevé aperturas en Ciudad de México, Cancún, Mexicali, y Monterrey, entre otras ciudades.

¿Qué viene hacia adelante?

Pese a los retos, otras compañías también han anunciado inversiones como KIO Networks, Nemak, Navistar, Vinte, Nissan, Sanofi y otras.

La confianza hacia nuestro país no ha decaído.

Las empresas siguen, juzgando por las inversiones, apostando y viendo potencial en el mercado mexicano.

El entorno político nacional; los juicios de ex funcionarios en el extranjero; las nuevas realidades como el nearshoring; conflictos entre países; desabastos en cadenas de valor por la pandemia y otras realidades no parecen impulsar o frenar el “torrente” de recursos para nuestro país.

El mercado mexicano emerge como una economía estable en medio de movimiento inflacionarios globales y claro desafíos económicos, políticos y sociales locales.

Los prejuicios hacia las empresas tampoco experimentan sus mejores momentos, pero la realidad se impone en una economía que requiere y se beneficia de los recursos de estas empresas.

Foto: Freepik.

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Opinión

Diario Ejecutivo

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Por: Roberto Fuentes Vivar

  • Las bolas de cristal que siempre fallan
  • ¿Fin del boom de pronósticos económicos?
  • Neobanco, Remesas, Santander, Canadá, Retimar

Hay un viejo refrán que dice: los médicos entierran sus errores y los periodistas los publicamos. Quizá hay que agregar otra profesión más: los economistas se enriquecen con ellos.

Viene a cuenta este añadido porque los grupos de análisis económico históricamente se han equivocado, pero cobran como si sus bolas de cristal estuvieran alineadas con la realidad y no con sus deseos o con sus preferencias ideológicas.

Concretamente en el caso de México, durante toda la época neoliberal auguraban, cada año, pronósticos favorables que poco a poco se iban modificando a la baja, hasta que cuando salían las cuentas podían darse cuenta de sus errores arcanos, pero no por ello cobraban menos o se disculpaban con sus clientes y con la sociedad que creía en ellos.

En este sexenio también se han equivocado en todo.

Desde antes de que tomara posesión el presidente Manuel López Obrador pronosticaban una debacle económica: devaluaciones, fugas de capitales, decrecimiento, cierre masivo de empresas, mayor deuda, menos reservas internacionales y muchas catástrofes económicas más.

Durante los sexenios anteriores, por cuestiones ideológicas, anticipaban mayor crecimiento económico y a lo largo del año bajaban sus proyecciones hasta casi acercarse a la realidad, pero nunca (o casi nunca) le atinaron.

Ya en este gobierno, en 2022, previeron un nulo crecimiento y a lo largo del año fueron aumentando sus pronósticos, pero ni aun así se acercaron al 3% de avance económico que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía hace unos días.

Para 2023 comenzaron a augurar una posible recesión o un nulo avance de la economía mexicana, inferior a 1%, mientras que el gobierno mexicano en sus criterios de política económica anticipó una cifra positiva de entre 1.2 y 3% y el Banco de México prevé un incremento de 1.8% en el Producto Interno Bruto.

Apenas está comenzando el año y muchos economistas ya han comenzado a subir los pronósticos del crecimiento de la economía nacional. Nada menos el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó la semana pasada que México crecerá 1.7% durante 2023, lo que representó una revisión al alza de 0.5 puntos porcentuales respecto a las estimaciones realizadas en octubre de 2022.

Pero quizá lo peor es que ni entre ellos mismos se hacen caso. Por eso, muchas casas de consultoría, por cuestiones ideológicas, siguen pronosticando catástrofes económicas para México, mientras que otras o incluso los grandes empresarios internacionales ven un futuro promisorio para México.

Un ejemplo es que la semana pasada, la economista Shelly Shetty, directora general de Fitch Ratings, en un encuentro organizado por esa calificadora en la ciudad de México dijo: “el ciclo económico de México está muy integrado con el de su principal socio comercial, de tal manera que cada vez que Estados Unidos entra en recesión se dice que “México tiene una gripa, tiene una severa fiebre”, pero este año parece que la economía mexicana será más resiliente y alcanzará un crecimiento de entre uno y 1.5%, una tasa cinco veces más alta que la del país vecino”.

Otro más es que, en su participación en el Foro Económico Mundial de Davos, Larry Fink, presidente y director general del fondo Blackrock y quizá el hombre que maneja más dinero de fondos en el mundo (más de cinco billones de dólares. Sí billones, no miles de millones) expuso un futuro alentador para México en este año, porque el país reúne las características para ubicar producción y cadenas de suministro hacia Estados Unidos como parte del fenómeno natural de las empresas de acercarse, al mismo tiempo que el capital privado siempre busca el mejor retorno de la inversión.

Si los economistas y las casas de consultoría mexicanas o que operan en nuestro país no escuchan a personajes como Fink o Shetty, quiere decir que su posición ideológica les nubla su bola de cristal y han sido incapaces de ajustarla a un mundo que ya cambió y un México que está en una transformación en la que cuentan otros elementos como la economía interna que poco o nada tomaron en cuenta en el pasado.

Pero eso sí, los pronosticadores económicos ganan bastante bien. De acuerdo con el INEGI, las consultoras en general significan alrededor de 500 mil millones de pesos anuales (1.8% del PIB) y específicamente las que tienen que ver con economía o administración representan la mitad de esa cifra, es decir más de 200 mil millones de pesos.

Dice el filósofo del metro: La ideología elimina la razón y la deja en albures y augures.

Tianguis

El miércoles, Jean Marc Mercier, director general de Invex y Luis Pineda, director general de Now Banco, anunciaron la creación del primer neobanco en México, una institución financiera que conjunta la banca tradicional con lo mejor de las financieras tecnológicas (Fintech). Now es el primer neobanco digital en nuestro país y plantea una propuesta que nace a partir del estilo de vida personalizado de cada uno de sus usuarios.

Now nace con el respaldo de Invex y tiene la mira puesta en un mercado de más de 11 millones de usuarios de servicios digitales que actualmente buscan accesibilidad al sistema bancario, facilidad y seguridad financiera. Con su nueva apuesta, Invex busca alcanzar a más de un millón de nuevos clientes, de acuerdo con Mercier. Este banco, que no tiene sucursales, maneja una cartera superior a los 30 mil millones de pesos, además de ubicarse como el sexto emisor de tarjetas de crédito en México de acuerdo con el último reporte de la Comisión Nacional de Defensa de los Usuarios Financieros (Condusef).

A su vez, Luis Pineda explicó que el cliente Now encontrará una opción diferente, que se adapta a su estilo de vida y en menos de seis minutos podrá llevarse un banco en su teléfono, sin papeleos ni filas…  Por cierto, Grupo Santander informó que en México su cartera de crédito total creció 7.9% en términos anuales al cierre de 2022. Dentro de su cartera de crédito destacaron los crecimientos interanuales de 24.0% de Otros Consumo, 20.5% de Tarjetas de Crédito, 8.8% de Hipotecas; y 8.0% de Empresas.

El presidente ejecutivo y director general de Banco Santander México, Felipe García Ascencio, informó que la utilidad neta creció 46% y es superior en 24% a los niveles previos a la pandemia…

Un despacho internacional, fechado en Madrid, indica que la presidenta global de Grupo Santander, Ana Patricia Botín, elogió la política monetaria para contener la inflación por parte de México, además de comparecer acompañada por su nuevo director general del grupo, el financiero mexicano Héctor Grisi.

La empresaria dijo que 2022 fue el mejor de su historia en margen y volumen de ganancias, que se suma además de una importante expansión en términos de mercado: más de siete millones de nuevos de clientes y un total de 160 millones en sus negocios en todo el mundo. “Somos un banco que está en Europa y es español, pero donde ganamos dinero es en las Américas”, dijo botín…

Siguiendo con las instituciones financieras, Intercam informó que el crédito de la banca comercial al sector privado en diciembre cerró con un saldo de cinco billones 467 miles de millones de pesos, un crecimiento nominal anual de 13.1%. En la comparativa mensual, la cartera subió 0.6%, en 31 mil millones de pesos. El ritmo se desaceleró mes a mes por el fuerte volumen de compras de Buen Fin visto en noviembre.

Esto resultó en una caída del crédito al consumo de noviembre a diciembre, reflejando una base más difícil, pero también una ligera saturación del consumo. Por otra parte, el crédito empresarial y el hipotecario mantuvieron su ritmo de crecimiento… ¡Cuidado! Crédito Maestro lanzó una alerta para cuatro estados tras detectar múltiples tipos de fraude bajo un mismo concepto, usurpar la identidad de la financiera para engañar a deudores.

Oaxaca, Guerrero, Sonora y Querétaro son las entidades donde los delincuentes operan, pero la empresa que dirigen Gerardo y Oliver Fernández Mena no descarta que se amplíe en otras regiones. El anzuelo es ofrecer un supuesto convenio para liquidar la deuda con un monto menor al total; después, ofrecen una cuenta bancaria de un particular para hacer la transferencia y consumar el delito, para esto, contactan a los clientes por mensaje de WhatsApp, llamada telefónica, correo electrónico o correo tradicional, desde donde ofrecen convenios apócrifos.

La firma mexicana aclaró que el contrato establecido entre las partes es el acuerdo vigente entre los interesados, y que la empresa jamás celebra convenios de ningún tipo… Pasando a otro tema económico, el Banco de México informó que en diciembre, nuestro país recibió cinco mil 349 millones de dólares por concepto de remesas, con un avance de 12.8% en el año.  En total en 2022 se recibieron por remesas 58 mil 497 millones de dólares, lo que equivale a un aumento de 13.4% respecto de 2021 y duplica lo recibido hace seis años…

BBVA, en su análisis mensual indicó que 98.9% de las remesas llegaron a la República Mexicana a través de transferencias electrónicas, 95.5% provinieron desde Estados Unidos y 82.3% fueron pagadas en instituciones no bancarias. Jalisco, Michoacán y Guanajuato fueron los estados que más recibieron remesas, cada uno superó los cinco mil millones de dólares en 2022, que equivale a casi 100 mil millones de pesos. De acuerdo con datos del Banco de México, en el pasado mes de diciembre se contabilizaron 13.7 millones de operaciones para el envío de estos recursos, mientras que la remesa promedio aumentó 3.4%…

Siguiendo con las migraciones, el embajador de México en Canadá, Carlos Joaquín González, manifestó respaldo y el apoyo institucional del Cuerpo Diplomático y Consular a los trabajadores del campo que forman parte del Programa de Trabajo Agrícola Temporal entre México y Canadá. “La embajada y la red consular deben fomentar el estudio y la investigación de las relaciones binacionales tendientes a promover el encadenamiento productivo, la reducción en los costos de los intercambios y el desarrollo de conocimiento y habilidades en una economía baja en carbono”, dijo. Añadió que la instrucción del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, es la de brindar protección con un sentido humano bajo la visión integral del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya preocupación central y permanente es la gente…

Interesante que la Carnicería Virtual, una empresa 100% mexicana que se ha posicionado como la plataforma de venta de cortes de carne del mercado en México, dio a conocer una dinámica para sus seguidores en redes sociales para consentir a sus clientes en el 14 de febrero…  Walworth, miembro activo de la Asociación de Industriales Unidos por México desde 2020, recibió una placa conmemorativa durante su última reunión, en la que se reconocieron los 180 años de fundación de esa empresa y sus 46 años en la República Mexicana. La placa honra su legado, responsabilidad social y trayectoria exitosa en el tiempo.

La compañía liderada por Salomón Waisburd Grinberg y Jacobo Waisburd Kleiman es reconocida en el sector de válvulas, al ofrecer soluciones innovadoras para responder a industrias que demandan una alta especialización, como Oil & Gas, generación de energía, química, minería, pulpa y papel, criogénica, geotérmica, agua potable, drenaje, tratamiento de aguas residuales, entre otras…

En el Metrobús, de María del Rosario Castro, es visto con malos ojos que el Órgano Interno de Control, de Roberto Moreno, persista sin solución a la denuncia de un grupo de supervisores conocidos como ‘Midas’, quienes alzaron la voz para exponer una serie de irregularidades de Servicios Integrales Retimar, que se convirtió en proveedora a cambio de 11 millones de pesos, incluso cuando solo tenía seis meses de nacida, aunado a que, entre las faltas focalizadas desde inicios de mes figuran trabajadores sin afiliar al IMSS y 50% de las estaciones sin aseo profundo en el horario nocturno, por mencionar algunas. En la queja, se puso especial énfasis a la inacción de María Dolores Arellano Sesmas, directora Ejecutiva de Administración y Finanzas.

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