Ciudad de México, 06 de diciembre, 2021.- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Agencia Alemana de Cooperación para el Desarrollo (GIZ) concluyeron el proyecto Integración de la Biodiversidad en la Agricultura Mexicana (IKI-IBA), enfocado en la cooperación técnica para incrementar la productividad en el sector primario de la mano con la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales.
Esta participación de cinco años concretó las iniciativas: Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sustentable de los Polinizadores en México, cuyos servicios ecosistémicos benefician a la producción de más del 60 por ciento de las plantas cultivadas e investigación para el conocimiento del papel de los murciélagos en el control de las plagas del arroz.
Comprendió también la elaboración de manuales para la producción amigable con la biodiversidad de diversos cultivos, como vainilla, café y cacao, además de miel y sistemas silvopastoriles, en colaboración con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), entre otros.
Se cierra con éxito una etapa de cinco años de cooperación para la agricultura sostenible, mediante la instrumentación de acciones y resultados de la iniciativa IKI-IBA, con la colaboración de GIZ, basada en los pilares: productividad, sustentabilidad e inclusión, detalló el titular de Sader, Víctor Villalobos Arámbula.
En el acto de cierre del Proyecto IKI IBA, subrayó la importancia de estas iniciativas que suman a garantizar la producción de alimentos sanos, inocuos y accesibles, cuidando de los sistemas biológicos y contrarrestando los efectos del cambio climático y la degradación de la tierra, en correspondencia con el trabajo diario de los agricultores.
Con la participación de las secretarías de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como de la Conabio, el proyecto permitió dimensionar la importancia de la biodiversidad en la producción de alimentos e incrementar las prácticas de producción sostenibles en la actividad agrícola del país, así como encaminar acciones para la conservación de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura, aseguró.
Destacó que trabajos en elaboración e implementación de la Estrategia Nacional para la Conservación y el Uso Sustentable de los Polinizadores (Encusp) ubican al país entre las cuatro naciones de nuestro continente que ya cuenta con este instrumento y propician la oportunidad de comenzar el proyecto “Vida y Campo”, para cosechar los frutos de estos esfuerzos mancomunados.
Villalobos Arámbula dijo que para el logro de estas metas el conocimiento es esencial, por lo que se realizaron talleres de capacitación, con el apoyo del GIZ, para reforzar los enfoques de la biodiversidad, se desarrolló la conformación de un diagnóstico sobre el estado de los suelos agrícolas, acciones de conservación de polinizadores y un BioSello que promueve y reconoce las actividades productivas sustentables.
La directora general de Conservación de la Naturaleza y Uso Sustentable de los Recursos Naturales del Ministerio de Medio Ambiente de Alemania, Christiane Paulus, mencionó que la transformación de los sistemas alimentarios mundiales es un gran reto, y cada vez se hacen necesarios esquemas de trabajo para integrar la biodiversidad de manera más responsable en la agricultura.
Resaltó que México es un importante socio estratégico para la conservación de la biodiversidad, ha reforzado su diálogo integral en el desarrollo de sistemas de producción sustentables y es un referente para otros países de la región, a través de líneas de cooperación para el desarrollo de una agricultura sostenible.
La directora del proyecto IKI-IBA, Jasmin Hundorf, detalló que en 2016 México y Alemania acordaron trabajar en este proyecto, y con la experiencia de los proyectos previos ya se marcaba en parte el cuidado de los ecosistemas por los agricultores, con la disminución en el uso de insumos (fertilizantes y agroquímicos).
Detalló que el proyecto Integración de la Biodiversidad en la Agricultura Mexicana (IKI-IBA) tiene como objetivo integrar los valores de la diversidad biológica y de los ecosistemas en los instrumentos de decisión de los actores públicos y privados del sector, considerando aspectos socioeconómicos, ecológicos y culturales de la biodiversidad y los servicios ambientales.
Además fomenta, a través del fortalecimiento de capacidades de los productores, consumidores y tomadores de decisiones, el uso de buenas prácticas y el diseño de herramientas y programas que promuevan la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad en el largo plazo, abundó.
En México, manifestó, IKI-IBA trabajó con diversos estados y tiene proyectos en Guanajuato para el fortalecimiento a productores; Michoacán, producción de fresa; en el Estado de México, producción de tuna; Hidalgo, producción sostenible de vainilla; Yucatán, cultivos tradicionales mayas, y en Jalisco cultivo sustentable de caña.