Ciudad de México, 04 de octubre, 2021.- Ser un emprendedor sustentable es ya un modo de vida, un estilo y una exigencia obligada tanto de clientes como de compradores antes, durante y posterior a la crisis sanitaria y que en 2020 se volvió tendencia, al generar ingresos económicos, pero al mismo tiempo, crear conciencia del cuidado del medio ambiente con productos que, en su elaboración y producción, demuestren en hechos y no solo en comunicación que son congruentes con lo que ofertan.
Durante la mesa redonda “Emprendedor sustentable” conformada por una investigadora, un emprendedor y un influenciador de la marca, coincidió en la necesidad de ver la comercialización de los productos de belleza y cuidado personal de la empresa brasileña, más que como un negocio, como parte de una tendencia que se ha generalizado en el mundo en la búsqueda de un equilibrio con el entorno ambiental.
Los participantes, dieron así respuesta al planteamiento inicial del especialista financiero Ismael Jiménez, “¿Cómo me convierto en un emprendedor sustentable?” y cerraron filas contra el green wash, de hacer creer pero no ser, esto es, quien pretende ofertar con mentiras productos que detrás, no ayudan al medio ambiente y se ostentan con una publicidad engañosa.
Lauren Kressler, investigadora de mercado, señaló que, durante la pandemia, todas las personas necesitamos ayuda en estos tiempos atípicos, valoramos por ejemplo la cantidad de basura que tiramos, cuánta luz gastamos, despertamos una conciencia que no existía y “creamos tendencias para generar conciencia y nos volvimos más exigentes con que nuestros proveedores cumplan los parámetros acordes a nuestra vida”.
Dijo que la clave es conectar, tener un vínculo, una visión, todas las aristas de la vida tienen que estar en equilibrio, ir mejorando y cerrar esas brechas sustentables, ser sostenibles en el tiempo y hablando hacia afuera, lo que generará impactos favorables en el negocio y en el mundo.
“Se tiene que probar no solo en comunicación sino en los hechos que los emprendimientos son sustentables, debe demostrarse. Los emprendedores deben evitar usar falsas promesas y estrategias equivocadas o corren el riesgo de que en el corto plazo perderán fidelidad, una situación que no se pueden permitir. El ADN de una empresa está escrito, un negocio sustentable, nace desde la intención al hecho”, precisó.
Por su parte, Héctor Ledezma Vidal, influenciador y Líder Natura, opinó que cada vez hay más consumidores buscando marcas y productos que marquen la diferencia porque “el futuro tiene que ser más verde y sin duda la clave para que cualquier negocio sea sustentable es que conecten con sus consumidores”.
En torno a la digitalización que aceleró los procesos de venta a raíz de la pandemia, señaló que emprendedores como él, fueron probando qué funcionaba para llegar a su círculo de clientes. En su caso, la revista interactiva Natura como herramienta, le permitió dar a sus clientes una alternativa de compra, y las constantes capacitaciones que brinda la compañía a Líderes y Consultores coadyuvaron a que su negocio no se cayera, por el contrario, se fortaleciera.
Agregó que, para ser un consultor exitoso y sustentable, se debe hacer un buen uso de las redes sociales, no mentir, no hacer creer al cliente “que soy verde pero no”.
En su oportunidad, Nacho Ferrer, emprendedor de alto impacto, indicó que el emprendimiento se volvió tendencia el año pasado porque “los clientes quieren más” y tener un producto ya no es suficiente sino que exigen más de la empresa, que el producto que se vende ayude al cliente, crearle un impacto positivo.
Se trata, señaló, de crear contenido de valor, identificar los nichos a los que se dirigen con una información real y probada.
Los participantes, coincidieron que, en la filosofía interna, es donde se entiende el impacto social y económico, y la sustentabilidad llegó para quedarse, para cubrir las necesidades y exigencias de los consumidores sumando valor por el cuidado del planeta.