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Opinión

Necesario generar jóvenes del futuro, con preparación en el presente

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En México, la atención a la juventud, es una tarea realizada por el Gobierno Federal, la Ciudad de México y cada Estado de la República Mexicana, a saber:

El Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ), dependiente del Gobierno Federal, creado el 6 de enero de 1999, tal y como se menciona en su página web, tiene como propósito definir y aplicar una política pública nacional de juventud e incorporarla plenamente al desarrollo del país, en cuanto a organización, salud, empleo y capacitación, prevención de adicciones y otras acciones, tales como:

Entrega de apoyos económicos a los mejores proyectos de creación de empresas.

Se incentiva a los jóvenes estudiantes a realizar su servicio social aplicando sus conocimientos e instrumentando acciones en favor de la comunidad.

Los jóvenes encuentran espacios de creación, participación, innovación y expresión a través de las diversas convocatorias donde de manera libre discuten y expresan sus ideas.

Responde a la demanda de los jóvenes en materia educativa, de asesoría psicológica, laboral, prevención de adicciones, asesoría jurídica y difusión de actividades culturales.

Crea políticas públicas a favor de los jóvenes e investiga para saber, qué piensan, cómo se ven, cuáles son sus necesidades, a través de diversos instrumentos que dan cuenta de los cambios demográficos, socioeconómicos y políticos para crear programas que respondan a las demandas y necesidades de los jóvenes.

El Instituto tiene como misión: Impulsar y promover el desarrollo integral de las y los jóvenes; a través del diseño, coordinación, articulación y monitoreo de la política nacional de la juventud.

Mientras que su visión consiste en: Ser la dependencia rectora y referente en materia de juventud en la que se reconoce a las y los jóvenes como sujetos de derecho y actores estratégicos del desarrollo.

Para el mejor desarrollo de las acciones, el Instituto promueve los siguientes valores y principios:

Respeto: Joven visto como aliado y sujeto de derecho.

Inclusión: Reconocer e integrar la diversidad de jóvenes.

Transversalidad: Garantizar que la perspectiva de juventud esté inmersa en el Gobierno.

Transparencia: Honestidad en el ejercicio de los recursos públicos y rendición de cuentas.

Compromiso: Lealtad y trabajo en equipo para generar credibilidad y empoderamiento de las y los jóvenes.

Ahora bien, en la Ciudad de México, contamos con el Instituto de la Juventud, el cual es la instancia rectora y coordinadora de la política pública dirigida a las personas jóvenes en la Ciudad de México a nivel local y territorial en coordinación con las Alcaldías.

Es un organismo público descentralizado que promueve el respeto de los Derechos Humanos de la población joven de la Ciudad de México, así como diseñar, coordinar, aplicar y evaluar el Plan Estratégico para la Promoción, Desarrollo, Participación y Protección de los Derechos de las Personas Jóvenes de la Ciudad de México y los que de este se deriven.

En estos tiempos de pandemia el INJUVE lleva a cabo a través de las redes sociales, diversas acciones y programas para los jóvenes, por ejemplo:

1.- “Los Jóvenes Unen al Barrio”, el cual promueve el acercamiento con las personas jóvenes a partir de una estrategia territorial para mitigar la situación de vulnerabilidad de las juventudes en la Ciudad de México.

2.- “Memorial New´s Divine”, otorga capacitación, talleres, cursos en materia de prevención de adicciones y delito, cultura ciudadana, Cultura de la Paz, No Violencia, prevención de conductas de riesgo, solución pacífica de conflictos, derechos humanos y no discriminación, educativos, culturales, salud física y emocional.

3.- “Núcleos Urbanos de Bienestar Emocional (NUBE), éste programa pretende atenuar las situaciones de riesgo o vulnerabilidad en materia de salud mental de las personas jóvenes en la Ciudad de México.  

Por lo que respecta a los Estados de la República Mexicana, los Institutos dependientes del Gobierno Local, se suman a las tareas de promover, impulsar y ejecutar políticas públicas de carácter integral que permiten a las juventudes potencializar sus habilidades y talentos, a través de mecanismos estratégicos, como la cooperación permanente entre gobierno y la sociedad actual, y desde una perspectiva transversal de juventudes, que contribuya a la institucionalización de las condiciones óptimas y equitativas para el desarrollo de las y los jóvenes.

Dicho lo anterior, considero que, en México, es muy importante seguir fortaleciendo desde todos los ámbitos de gobierno el quehacer social para logra el desarrollo de la juventud, por ejemplo:

Crear mejores condiciones en materia de educación y empleo para combatir la pobreza y el hambre.

Construir más hospitales con los insumos suficientes para mejorar la atención de la salud.

Promover campañas para el cuidado del medio ambiente.

Establecer programas que ayuden a inhibir el uso indebido de drogas.

Incrementar los programas de prevención contra la delincuencia de los y las adolescentes.

Generar mayores actividades recreativas para los niños, niñas y jóvenes.

Aumentar la participación de los jóvenes en la vida de la sociedad.

Como podemos observar, el tema es muy importante para la sociedad en general, toda vez que las y los jóvenes han sido considerados como un grupo que no es tomado en cuenta como agente de desarrollo en su justa dimensión, por lo que es indispensable aumentar los mecanismos de participación e inclusión para este sector.

Así mismo, considero pertinente resaltar que los jóvenes cumplen un papel muy importante en nuestra sociedad y es necesario poner atención en los procesos de su inclusión social, reconocer su participación en la toma de decisiones y asegurar que el acceso a sus derechos universales se convierta en una verdadera oportunidad de desarrollo.

Siempre he dicho que los jóvenes son el futurode México, sin embargo, no hay que olvidar que primero se tiene que trabajar con ellos en el presente, debemos darles todo el apoyo que requieran para que puedan generar y fortalecer sus habilidades y aptitudes, toda vez que ellos estudian, trabajan, son parte de la economía del país y, por supuesto, evitar que caigan en manos de la delincuencia.   

“La Juventud necesita creerse, a priori, superior. Claro que se equivoca, pero esta es precisamente el gran derecho de la juventud”.

José Ortega Y Gasset

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Opinión

¿Estamos cerca de una Tercera Guerra Mundial?

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No es raro que, al leer las noticias, surja la pregunta: ¿estamos más cerca de una Tercera Guerra Mundial? Como observador diletante de los eventos internacionales, me gustaría compartirles algunas reflexiones sobre las tensiones que actualmente sacuden el tablero global.

El punto de inflexión. Desde 2022, cuando Rusia invadió Ucrania, el mundo ha estado observando cómo este conflicto escala en intensidad y alcance. Pero no es solo una guerra regional; es el epicentro de una disputa mucho más grande entre las potencias occidentales y Rusia.

La incorporación de Finlandia y Suecia a la OTAN en 2023 encendió aún más las alarmas en Moscú. Rusia ve la expansión de la OTAN como una amenaza directa a su seguridad, un factor que alimenta su narrativa de defensa nacional. Me he preguntado, como muchos, si esta expansión es una estrategia preventiva o, paradójicamente, un catalizador de mayores conflictos.

Misiles de largo alcance, el juego de EUA. Antes de que Biden se vaya nos ha dejado un regalo: dio luz verde a Ucrania para usar misiles de largo alcance contra objetivos dentro de Rusia. Para algunos, esta medida representa un apoyo decisivo; para otros, una provocación que podría llevarnos al borde del abismo.

Rusia ha respondido con advertencias directas, considerando esta acción como una implicación de la OTAN en el conflicto. Esto me lleva a pensar: ¿cuánto más puede estirarse la liga antes de que se rompa?

IA y el papel de las armas nucleares. Los investigadores han planteado escenarios alarmantes sobre lo que una guerra a gran escala podría significar. En 2022, un estudio de Nature advertía que un conflicto nuclear entre Estados Unidos y Rusia podría desencadenar un “invierno nuclear”, con consecuencias catastróficas para la humanidad. Es un recordatorio crudo de que no hay ganadores.

Además, está el tema de la inteligencia artificial (IA), que ahora juega un papel clave en la seguridad global. Según la RAND Corporation, estas tecnologías tienen el potencial de cambiar radicalmente cómo se manejan las tensiones nucleares, pero también pueden aumentar el riesgo de malentendidos o respuestas automáticas peligrosas. Este es un punto que personalmente encuentro escalofriante: el futuro de la guerra podría depender de algoritmos.

¿Cooperación o confrontación? Al hablar con especialistas y leer informes, una idea persiste: el conflicto en Ucrania, la expansión de la OTAN y las decisiones estratégicas como el uso de misiles de largo alcance son piezas de un rompecabezas geopolítico que aún no sabemos cómo encajará.

Ante los bárbaros del siglo XXI, como decía el Dr. Enrique Dussel, algo queda claro: la diplomacia, la cooperación internacional y un enfoque en la paz son más necesarios que nunca.

Creo que el desafío no solo está en evitar un conflicto a gran escala, sino en redefinir cómo las naciones pueden coexistir en un mundo donde las tensiones parecen multiplicarse. Si algo nos ha enseñado la historia, es que el diálogo siempre será la mejor herramienta para prevenir el desastre.

¿Estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial? Es difícil decirlo. Pero lo que sí podemos afirmar es que la humanidad tiene mucho que perder si no tomamos en serio las lecciones del pasado.

***Alejandro Gamboa C. Licenciado en periodismo con estudios en Ciencia Política y Administración Pública (UNAM) Enfocado a las comunicaciones corporativas. Colaboró como co editor Diario Reforma. En temas de ciencia y comunicación en Milenio y otros medios digitales. Cuenta con 15 años dedicado a las Relaciones Públicas. Ha colaborado en la fundación de la Agencia Umbrella RP. Ha realizado trabajos como corrector de estilo, creador de contenidos y algunas colaboraciones como profesor en escuelas locales.

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Presidenta, lejos de construir nuevos liderazgos en el país

*** Por Miguel Ángel Romero

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El tablero en el que la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, mueve sus fichas no solo es complejo, sino que ella no lo diseñó y muchas de las piezas que supuestamente debería poder usar y habilitar no responden a ella. Parece una natural consecuencia ante el elefante en la sala del cual nadie habla: para muchos actores políticos su legitimidad es de papel.

Los 36 millones de votos que obtuvo en la pasada elección son vistos como una consecuencia inercial y un reflejo del capital político que sí construyó el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Por lo tanto, no son de ella, son prestados y el “respaldo” puede dejar de serlo o cambiar de sentido de ser necesario.

Bajo esa premisa, es totalmente entendible que la postura del partido Morena -que fue el vehículo para llevarla al poder- busque lucir con independencia al gobierno. La “institucionalización” del movimiento que fundó AMLO no pasa por respaldar incondicionalmente a quien hoy habita en Palacio Nacional, sino que corre de manera paralela con una estrategia de creación de cuadros y militancia que funcionará más como contrapeso que como soporte. Sheinbaum estará lejos de poder construir o impulsar nuevos liderazgos en todo el país.

Al menos, así lo dejó entrever Luisa María Alcalde en entrevista que le dio a El País en donde disfraza esa “sana distancia” entre el partido y la mandataria como una táctica para no caer supuestamente en los vicios que instauró el PRI cuando fue hegemónico, tal como ahora lo es Morena. El hijo del ex presidente AMLO, Andy López, (señalado por corrupción) como protagonista en las decisiones del instituto político que recibirá en 2025 más de 2 mil 500 millones de pesos de dinero público.

Otras pruebas de que el régimen se endurece sin el liderazgo de la presidenta son la reforma judicial, la incorporación de la Guardia Nacional al Ejército, la ratificación de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para complacer a los militares, así como la próxima eliminación de órganos autónomos constitucionales; a lo que se le suma que en la Ciudad de México, de donde salió y no logró imponer a Omar García Harfuch como Jefe de Gobierno y en vez de él se le instaló un dique más con Clara Brugada.

En el control de crisis y para no lucir lastimada, Sheinbaum está siendo orillada a abrazar determinaciones que están lejos de su alcance, y sobre, todo de su convicción. La próxima jugada en el tablero que podría continuar exhibiendo su poco margen maniobra será la definición del titular de la Fiscalía General de la CDMX, una posición clave, en donde todo indica será ungida Betha Alcalde Luján; es decir, se suma una figura de contención al tablero.

En el Congreso de la Unión, la presidenta tiene que lidiar con dos personajes que mantienen una franca e incluso grosera independencia de ella. Sirven al régimen (personificado en AMLO) pero no a la ahora inquilina de Palacio Nacional.

Adán Augusto en el Senado y Ricardo Monreal desde la Cámara de Diputados quienes, para cuidar y proteger su propio espectro de poder, alientan y promueven -de manera velada- la narrativa que Sheinbaum no guarda mayor capital político y que el título de presidenta es un membrete que no tiene mayor incidencia en el ámbito legislativo, un espacio en el que ellos dan continuidad a la agenda que marcó AMLO, como la eliminación de órganos autónomos, y desde donde incluso se aventuran a abrir nuevas discusiones, como lo es una reforma fiscal que, si bien luce necesaria, la presidenta se comprometió a no llevarla a cabo.

Es muy temprano para asegurar que esta tendencia continuará pero a escaso mes y medio en el poder queda claro que todos los actores políticos y piezas en el tablero que supuestamente deberían estar en sintonía con la presidenta están hoy en día funcionando como un contrapeso: una definición por sí misma problemática ya que, de momento, no parece haber incentivos para que todos esos diques y muros diseñados por AMLO para heredar su poder, quieran moverse o busquen la colaboración con Claudia Sheinbaum. Y, por el contrario, sí existen estímulos para que cada uno de ellos busque acotar y restringir a Sheinbaum: conservar su parcela de poder.

La presidenta no está feliz. Ha usado a sus voceros y propagandistas en medios de comunicación para, por lo menos, poner de manifiesto que muchas de las acciones que están endureciendo el régimen no las comparte, ya sea por la forma o por el fondo. Una proyección lógica a mediano plazo es que ambas visiones choquen: el andamiaje construido por AMLO versus el que busque instalar Sheinbaum.

Será interesante ver si el argumento que todos utilizan para maltratar a la presidenta se mantiene. ¿Hasta dónde podrá usar la legitimidad prestada para construir la propia? El problema no es menor y no se constriñe a ella, sino también a la forma en cómo los ciudadanos vamos a padecer ese natural encontronazo.

*** Miguel Ángel Romero: Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.
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Hoy, día clave para las relaciones México-EU. UU.

***Miguel Ángel Romero Ramírez

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La agenda binacional, de por lo menos los próximos 6 años, entre México y Estados Unidos tiene en este martes 5 de noviembre un día clave. Mientras concluyen las elecciones estadounidenses que podrían llevar de vuelta a Donald Trump a la Casa Blanca; en México, la Suprema Corte analiza el proyecto que podría frenar parcialmente el esfuerzo del oficialismo -ahora, con Claudia Sheinbaum a la cabeza- para romper el equilibrio entre poderes y así provocar una crisis constitucional sin precedentes. Sucesos históricos que traerán consigo profundas consecuencias.

A medida que ambos casos se desarrollan, vale la pena revisar cómo estos líderes, aunque desde espectros ideológicos distintos, mantienen similitudes que colocan en una franca desventaja a la región. Se trata de coincidencias enmarcadas en el manual del populismo que encuentra, cada vez más, espacio y margen de tracción derivado de un desencanto de los ciudadanos por un sistema democrático.

En lo que respecta a concentración de poder, ambos la buscan a partir de la figura del “pueblo” entendida esta como la imagen que los habilita y “autoriza” para cuestionar e ignorar las normas establecidas con la finalidad de acatar dicha “voluntad”.

Mientras Trump se presenta como una figura antisistema que “realmente” escucha al pueblo, Sheinbaum coloca como piedra angular de la reforma judicial, los 36 millones de votos obtenidos en las urnas para intentar instalar la falacia de que dicho resultado la autoriza y habilita para emprender cualquier acción, aunque estas vayan en contra de los principios democráticos.

Los líderes populistas tienden a dividir a la sociedad en “el pueblo” y “los otros”, generalmente representados como élites corruptas o adversarios. Trump se posiciona como el defensor de los “americanos reales” frente a una élite que presuntamente los menosprecia, consolidando una base leal que ve en sus enemigos los obstáculos al progreso.

Sheinbaum, también polariza al referirse a los opositores de la reforma judicial como “conservadores” que buscan frenar el cambio, estableciendo una división que genera desconfianza hacia quienes no comparten su peligroso proyecto de romper el orden constitucional mexicano.

Ambos comparten una estrategia de deslegitimación de sus detractores. Trump acusa a los medios y a los demócratas de conspirar en su contra, sugiriendo incluso que sus derrotas son producto de fraudes, lo que mina la confianza en las instituciones democráticas. Sheinbaum etiqueta a medios críticos como “conservadores” y denosta en sus conferencias a todo aquel sector o grupo de la sociedad que no comparte sus ideales autoritarios.

La oferta de soluciones simples y rápidas a problemas complejos es otra táctica común. Trump promete construir muros y negociar tratados, presentando estos temas complejos como resolubles por él solo. Sheinbaum, por su parte, promete una transformación radical en México, promoviendo la una reforma judicial que, como han admitido incluso sus propios asesores como el ex Ministro Arturo Zaldívar, no resuelve de fondo la impunidad que prevalece la sociedad mexicana porque su objetivo primordial es cooptar y eliminar un contrapeso esencial que establece un régimen democrático.

El control de la narrativa pública también distingue a los populistas. Trump empleó redes sociales, especialmente Twitter, para difundir sus mensajes sin mediadores, presentándose como el defensor de los “estadounidenses olvidados” y desacreditando a los medios como “fake news”. Sheinbaum utiliza el poderoso andamiaje de propaganda digital heredado de López Obrador para instalar como culpable de la crisis constitucional a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que lo único que ha hecho es ejercer su natural papel de contrapeso.

Cabe destacar que la seducción de las mayorías por este tipo de liderazgos no es fortuita y no se limita a la región de Norteamérica. El virus del populismo tiene como un componente de efectividad en su propagación a sociedades desilusionadas porque no han encontrado respuestas puntuales a sus demandas. La generalizada mediocridad de la clase política gobernante ha tenido como una de las principales consecuencias el ensanchamiento de la brecha de desigualdad; y es ahí, en ese espacio en el que los líderes populistas encuentran margen de maniobra para capitalizar el resentimiento y el enojo.

La advertencia, en ambos casos, es que el poder concentrado en manos de una sola figura, en detrimento de la independencia de instituciones clave como el poder judicial, suele conducir a dinámicas autoritarias, donde la justicia se convierte en un mecanismo de persecución o protección de ciertos intereses.

La ansiedad binacional por lo que ocurra este martes en ambos lados del Río Bravo crece, y no es para menos, pues las consecuencias futuras pueden ser profundas y devastadoras tanto para la sociedad mexicana como para la estadounidense.

Miguel Ángel Romero: Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.
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