Las dos principales televisoras del país y un diario concentran el 66% del presupuesto que el gobierno federal destina a publicidad oficial.
En 2020, Televisa de Emilio Azcárraga Jean -con 17 contratos- recibió 147 millones de pesos, TV Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego -con 24 contratos- obtuvo 141 millones de pesos. La Jornada, con 51 contratos, obtuvo 144 millones de pesos. Así de claro lo publica el magnífico portal Animal Político del guerrerense Daniel Moreno.
Viene a colación porque el presidente ha sido un duro crítico de los medios e incluso inició su periodo dando a conocer lo que recibían varios periodistas de primera línea por el mismo concepto y generalizó el epíteto de “Chayoteros”. Hoy hace lo que tanto criticó y critica.
Estos tres medios concentran el 66% de los 654 millones de pesos por gastos en comunicación social del gobierno federal, según datos de la Secretaría de la Función Pública, de acuerdo con un reportaje de Investigación Aplicada y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Hay otras siete empresas con más recursos obtenidos en 2020 que totalizan el presupuesto asignado, no se toma en cuenta el préstamo otorgado al insufrible Epigmenio Ibarra, al cual ALMO, elevó a intelectual, tal vez por sus series sobre los narcos, hoy de moda como nunca en el país los ha visitado el mandatario en sus dominios, algo nunca visto.
En 2019, del total de dinero gastado en este rubro, el 40% de los recursos fueron destinados a cinco medios de comunicación, entre estos Televisa, TV Azteca y La Jornada. El culto al ego, ha sido usual en todo político y concentrado en los mandatarios del país y en actual no las canta mal, se exhibe en un acendrado egocentrismo que sus seguidores aplauden a rabiar.
Se queja, critica, denosta y hasta se burla de periodistas y medios que no le pasan sus desfases, como por ejemplo cuando manda al carajo a necesitados en lugar de mostrar sensibilidad, ingrediente usual en todo político y en su caso hay carencia de ese agente tan importante en toda imagen de un servidor público.
“Las benditas Redes Sociales” así calificadas por el presidente minutos después de su aplanador triunfo electoral en 2018, que tanto contribuyeron a su victoria hoy las maldice:
Ha expresado que haría sus propias redes, como si fuera tan sencillo, se ha quejado de Facebook en su afán belicoso, donde se exhiben memes, videos, unos editados y otros tal cual, de sus acciones malogradas que lo exhiben y contribuyen a su malestar. Sólo quiere halagos, nada de crítica y así, pues tiene que pagar, como lo hicieron sus antecesores.
En los más de cinco años del gobierno de López Obrador hemos podido distinguir una administración que basa su ideología y política pública en las mentiras y en la corrupción, pero lo que más hemos percibido es a un presidente que cada día está más solo, pues hasta sus propias huestes lo han abandonado ante lo errática que ha resultado su presidencia.
El presidente está completamente solo y encerrado en Palacio Nacional, además de atemorizado ante la reacción desprendida de la gente que clama justicia para los suyos, ya sean madres buscadoras de sus hijos o hijas desaparecidas, familiares de periodistas asesinados, ciudadanos y ciudadanos víctimas de la inseguridad, o padres de niños enfermos que reclaman medicamentos, etcétera.
López Obrador tiene miedo de hacer frente a las y los mexicanos que se sienten defraudados por el pésimo gobierno federal morenista, que se sienten engañados por las promesas incumplidas y, lo que es peor, que sienten que les tomaron el pelo con la llamada “cuarta transformación”, que sólo ha generado odio entre los mexicanos, amén de que cada día produce más pobres.
El ejemplo más reciente de este pánico lópezobradorista ocurrió el pasado 26 de noviembre cuando el tabasqueño, sin explicación y sólo acusaciones sin fundamento, decidió no asistir a la inauguración del CRIT en Tlapa, Guerrero, ante la manifestación que maestros organizaron a las afueras de este centro de rehabilitación para demandar un diálogo con el jefe del Ejecutivo
Docentes e integrantes de la Coordinación Estatal de Trabajadores de la Educación fueron calificados por el tabasqueño como provocadores, cuando éstos sólo solicitaban una reunión con el presidente para entregarle un pliego petitorio, en donde demandaban mesas de diálogo con Luisa María Alcalde y Evelyn Salgado, secretaria de Gobernación y gobernadora de Guerrero, respectivamente.
“No pudimos asistir a la inauguración del centro de rehabilitación porque un grupo de maestros estaban en actitud de provocación y en busca de conflicto, de pura casualidad, con todos los medios de manipulación, incluido el inmundo pasquín del Reforma”, (des) informó en su red social X el tabasqueño.
La redacción de este tuit resume lo que han sido estos últimos cinco años para México, pero, sobre todo, los últimos meses de la presidencia de López Obrador: manejo cínico de la posverdad, entendido el concepto tal y como lo define la Real Academia Española de la Lengua: distorsión deliberada de una realidad, manipulando creencias y emociones con el objetivo de influir en la opinión pública y en las actitudes sociales. Lo reiteramos, no es lo mismo ser borracho que cantinero.
Claudia Sheinbaum es una política profesional: se tragó sin hacer gestos la imposición de Clara Brugada como candidata a la capital del país. Y aunque la disciplina es clave bajo el sistema presidencialista mexicano, la candidata del oficialismo carga con una derrota anticipada que la debilita rumbo a la contienda del 2024 y, a la cual, está por sumarse otro descalabro más.
Se trata de una batalla todavía más compleja que la pretensión de instaurar a un policía como candidato de la “izquierda moderna” a la Ciudad de México: desbaratar al Poder Judicial; intención que, al ser una de sus banderas de campaña, le representará un desgaste innecesario porque, al igual que en su fracaso anterior, un sector importante e influyente de la Cuarta Transformación repudia dicho planteamiento.
Por ejemplo, dos de las tres ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, Loretta Ortíz Ahlf y Margarita Ríos Farjat, argumentaron en contra de uno de los principales ejes narrativos usados desde Palacio Nacional en esa cruzada: la posibilidad de que los ministros sean votados por los ciudadanos bajo el falso argumento de que solo así estos responderán a los intereses de quienes los eligen.
Fue en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara donde, junto al ministro Alberto Pérez Dayan, se pronunciaron en contra de dicha propuesta. Una de las premisas usadas por Ortíz Ahlf para desmontar dicha idea es que un juez, al acudir a las urnas y fincar su posibilidad de ocupar un asiento en el Máximo Tribunal, está negativamente incentivado a orientar sus resoluciones en pro de adquirir popularidad.
Ante el público que asistió al seminario “El derecho a la información, la importancia de la transparencia en el ejercicio de gobierno”, recordó cuando un juez de Estados Unidos le platicó que sentenció en Texas a un mexicano a pena de muerte, sin sustento sólido, con la finalidad de obtener notoriedad entre los votantes.
Y aunque el sometimiento al Poder Judicial que busca AMLO es mucho más complejo y contiene otras aristas más allá de esta medida, las voces al interior de la Cuarta Transformación empiezan distanciarse de su líder, como también lo ha hecho en otras embestidas hacia la Corte la exministra en retiro y exsecretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Sin embargo, y aún con un sector relevante de la 4T en contra de asfixiar al Poder Judicial, la candidata a la presidencia por parte de Morena, Claudia Sheinbaum, insiste en colocar en la boleta a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Poco a poco, en el imaginario colectivo empiezan a configurarse los términos bajo los cuales se dará la contienda de 2024. La mala noticia para Sheinbaum es que priorizar como bandera de campaña el sometimiento al Poder Judicial tendría implícita su irrelevancia en el tablero político-electoral pues reconfirmaría que solo es y será una extensión de Andrés Manuel López Obrador quien de manera errónea identifica a los jueces como principal obstáculo para la instalación de su Cuarta Transformación.
Aún no inician formalmente las campañas rumbo a la presidencia y la candidata oficialista ya carga sobre sí el fracaso que significó no imponer a su exsecretario de Seguridad en CDMX, Omar García Harfuch, en donde la militancia y la nomenklatura partidista le dieron la espalda. A eso se le sumará la intención de meter a la boleta a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la finalidad de cobrarle un desgaste, ahora con nuevas figuras de la Cuarta Transformación que la estarán desafiando.
¿Qué tan reducida tiene que estar Sheinbaum para poder encabezar “el proyecto”? ¿Podrá durante la campaña diseñar su propia plataforma electoral e imponer su sello? Sin duda son varias las pistas por las cuales se busca alterar el orden constitucional que establece mecanismos de control entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, entre ellas también una terna para suplir al ahora militante de Morena y TikToker, Arturo Zaldívar.
Apunte:
Enhorabuena el posicionamiento de las dos ministras, Loretta Ortíz y Ríos Farjat. De esta última habría que destacar que a partir de sus resoluciones se ha venido consolidando como una de las piezas más sólidas dentro del Máximo Tribunal del país.
Recientemente desde la Primera Sala resolvió que el gobernador de Nuevo León, no importando quién sea, publique en el periódico oficial el decreto por el cual se traslada la Unidad de Inteligencia Financiera estatal (Secretaría de Finanzas) a la Fiscalía de esa entidad, aprobado por el Congreso de ese estado desde junio del año pasado. La resolución termina por dar una valiosa lección a los diputados locales quienes en su momento buscaron que la ministra se abstuviera de conocer dicha controversia. La institucionalidad, avanza
****Analista y consultor político. Por más de 10 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM con estudios de posgrado en gobierno. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia. X: @MRomero_z
La respuesta del Gobierno federal, encabezado por el presidente López Obrador, ante la tragedia ocurrida en Guerrero por el paso del huracán Otis, principalmente en Acapulco y Coyuca de Benítez, ha sido lamentable en todos los sentidos, pues carece de solidaridad y empatía hacia los pobladores de esta entidad, además de ser mezquina.
Como sus cinco años de administración, la solución a la devastación que sufrió este estado está basada en la “politiquería” de Morena, es decir, está asentada en las mentiras, que ya son un estigma de los gobiernos, federal, estatal y municipal, liderados por el partido guinda.
El tabasqueño anunció el pasado 7 noviembre que entregaría a los afectados por esta catástrofe climatológica al menos 250 mil enseres domésticos, lo que se traduce en 250 mil estufas, 250 mil refrigeradores, etcétera. Lo cuestionable de este aviso es cómo se decidirá quién puede ser beneficiario de esta ayuda y qué proceso se tendrá que seguir para recibir dichos enseres. La opacidad en toda su gloria.
A la par de este anuncio, en la Cámara de Diputados se aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, el cual prevé un gasto público histórico de más de 9 billones de pesos. La novedad es que ni un solo peso de este monto fue destinado para la reconstrucción y atención de Guerrero.
Resulta inaudito para la gran mayoría de los mexicanos es que el Gobierno federal y diputados morenistas no hayan enfocado este presupuesto para ayudar a los damnificados de esta bella entidad y, por el contrario, se destinen recursos para las obras del tabasqueño como son los casos del Tren Maya o la refinería de Dos Bocas.
Pero entre lo más grave de la actuación de López Obrador está el uso electoral que está haciendo de la tragedia provocada por el huracán de categoría cinco en Guerrero, pues determina, a su gusto, los tiempos legislativos para que ninguno de sus elegidos a contender por las nueve gubernaturas en juego en 2024 se vea manchado por la ineficacia de su administración.
Mañosamente, por parte de la bancada morenista y partidos satélites, la discusión de las reservas hechas por los partidos de oposición terminó la madrugada del jueves 9 de noviembre, con el propósito de que aquellos legisladores ungidos por el dedo presidencial estén libres para acudir el 10 de noviembre a recibir la bendición del patriarca tabasqueño vía Mario Delgado.
No hay duda, López Obrador y su partido Morena son cicateros y están ávidos de conservar el poder a como dé lugar, que importan los cientos de desaparecidos y damnificados que dejó Otis, mucho menos importa la rehabilitación del puerto de Acapulco. Lo que les importa únicamente es cuántos votos podrán obtener por esta tragedia. ¡Cuánta mezquindad!