Ciudad de México, 20 de agosto de 2020. Desde el inicio de los ensayos con armas nucleares a mediados del siglo XX (los primeros ensayos tuvieron lugar en 1945) se han realizado casi 2 mil. Se ha prestado poca atención a las devastadoras consecuencias que provocan esas pruebas en la vida humana, sin mencionar la lluvia radiactiva de los ensayos atmosféricos.
La experiencia y la historia nos ha mostrado las terribles y trágicas consecuencias de los ensayos de armas nucleares, especialmente cuando se salen de control, ahora las armas nucleares modernas son mucho más poderosas y destructivas.
El Día Internacional contra los Ensayos Nucleares fue aprobado por decisión unánime por la Resolución 64/35 de la Asamblea General de la ONU en 2009. Por primera vez Kazajstán presentó una iniciativa para establecer el 29 de agosto de 1991 como fecha oficial, ya que, en este día, por decreto del Primer Presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev se cerró el sitio de pruebas nucleares de Semipalatinsk, donde la ex Unión Soviética realizó 468 ensayos que tuvieron consecuencias devastadoras para el medio ambiente. Si sumamos la potencia de las cargas nucleares probadas en ese sitio de pruebas desde 1949 hasta 1963 superará 2 mil 500 veces la potencia de la bomba que se lanzó sobre Hiroshima.
Al cerrar el sitio de pruebas nucleares de Semipalatinsk, Kazajstán pasó a la historia como el primer país en renunciar voluntariamente al arsenal de armas nucleares más grande del mundo, convirtiéndose en un estado libre de armas nucleares, además se proclamó como un partidario firme y constante de la creación de un mundo libre de armas nucleares.
La resolución de la ONU pide una concienciación e información más activa al público sobre las consecuencias de las explosiones de ensayos nucleares o cualquier otra explosión nuclear y la necesidad de detenerlas como uno de los medios para lograr el objetivo de construir un mundo libre de armas nucleares.
Este Día tiene como objetivo impulsar las acciones de la ONU, los Estados Miembros, las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, las instituciones académicas, las redes de jóvenes y los medios de comunicación para informar, educar y resaltar la necesidad de prohibir los ensayos nucleares como un paso valioso en la construcción de un mundo más seguro.
El Día Internacional contra los Ensayos Nucleares se celebró por primera vez en 2010, desde entonces se ha celebrado anualmente con diversos eventos en todo el mundo, incluidos simposios, exposiciones, concursos, publicaciones, conferencias en instituciones académicas, anuncios informativos, entre otros eventos, también se han llevado a cabo varias actividades en las Naciones Unidas.
Desde la proclamación de este Día, numerosos esfuerzos bilaterales y multilaterales a nivel gubernamental, así como amplios movimientos de la sociedad civil y los esfuerzos del Secretario General de la ONU han ayudado a impulsar la prohibición de los ensayos nucleares.
El Exsecretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dejó en claro: “Un mundo libre de armas nucleares sería un bien público mundial del más alto nivel”. En mayo de 2010, todos los estados participantes del Tratado de No Proliferación Nuclear se comprometieron a trabajar para lograr la paz y la seguridad en un mundo libre de armas nucleares.
La ONU espera que llegue el día en que se eliminen todas las armas nucleares. Hasta entonces, debe celebrarse el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares mientras trabajan para fortalecer la paz y la seguridad en todo el mundo.
Hoy muchas partes de nuestro planeta ya se han convertido en zonas libres de armas nucleares en virtud de los tratados regionales como el Tratado de Rarotonga, que cubre el Pacífico Sur; el Tratado de Pelindaba que cubre África; el Tratado de Bangkok que cubre Asia del Sur; el Tratado de Tlatelolco que cubre América Latina y el Caribe; así como una zona libre de armas nucleares en Asia Central.
Kazajstán hizo una contribución significativa a la creación de una zona libre de armas nucleares en Asia Central y considera que esta iniciativa es una expresión del creciente compromiso de los Estados de la región con los ideales del desarme y la no proliferación nuclear. El tratado fue firmado el 8 de septiembre de 2006 en Semipalatinsk, lo que es profundamente simbólico desde el punto de vista del proceso de desarme nuclear.