Ciudad de México, 15 de julio de 2020. Factores como sobrepeso, obesidad y diabetes han puesto en jaque a las autoridades sanitarias en el momento de querer enfrentar al Covid-19 y es que hoy más que nunca, estos grupos de riesgo son el foco principal que provoca mayores complicaciones, secuelas e inclusive la muerte.
De acuerdo con el Dr. Ernesto García Rubí, Médico Cirujano, Especialista en Medicina Interna y Endocrinología, comenta que el COVID-19 en personas con obesidad, diabetes, hipertensión y otras enfermedades asociadas, existe un estado inflamatorio generalizado (particularmente de los vasos sanguíneos) y esto provoca una mayor predisposición a formar coágulos que obstruyen las arterias y las complicaciones ocurren, afectando el sistema respiratorio.
La Organización Mundial de la Salud, explica que existe una proporción de pacientes que sufren una respuesta inflamatoria, ya sea vascular o del sistema circulatorio, cuando padecen enfermedades causadas por bacterias o virus, afectando los mecanismos de defensa dentro de su sistema inmune, mayormente en personas con enfermedades crónico-degenerativas como obesidad, hipertensión o diabetes.
De acuerdo con el especialista, el COVID-19 en personas con obesidad, diabetes, hipertensión y otras enfermedades asociadas, presenta un estado inflamatorio generalizado (particularmente de los vasos sanguíneos) y esto provoca una mayor predisposición a formar coágulos que obstruyen las arterias y las complicaciones ocurren, afectando el sistema respiratorio. En este punto, la vitamina D forma parte de un concierto de hormonas que van a regular la actividad de otros mediadores (conocidas como citoquinas inflamatorias), los cuales tienen mucho que ver con el estado de inflamación, por lo que la vitamina D reduce la velocidad con la que se van produciendo. De esta manera bajan los niveles evitando que se salgan de control, y la persona va a tener una infección menos agresiva. En caso de producirse citoquinas en exceso, la enfermedad se prolonga a pesar de que ya no haya virus.
“Personalmente he atendido a 70 personas con COVID-19, a las cuales se les ha administrado una dosis personalizada de Vitamina D, en quienes la enfermedad ha sido menos severa y afortunadamente ninguno ha fallecido”, comenta el Dr. García Rubí.
Ante esta situación, diversas instituciones médicas han realizado estudios donde se está acumulando abundante evidencia de que la administración de vitamina D regula la expresión de uno de los receptores del sistema hormonal que regula la presión sanguínea (Receptor ACE2) notablemente a nivel tisular del pulmón y vasos sanguíneos. De esta manera, la vitamina D bloquearía el daño pulmonar inducido por la actividad exagerada del RAAS (Sistema Renina-Angiotensina o Sistema Renina-Angiotensina-Aldosterona)1.
¿Qué es la vitamina D y de dónde proviene?
Consiste en un nutrimiento esencial que puede formarse en la piel al exponernos a los rayos ultravioleta del sol. El aspecto primario de la Vitamina D es fundamental para la absorción de calcio a nivel del intestino y sus deficiencias se asociaban a problemas de osteoporosis. Posteriormente, se le atribuyeron otro tipo de beneficios, incluida la disminución de la cascada de inflamación.
Alimentos en donde puedo encontrar Vitamina D: pescados, salmón, sardina, atún, yema de huevo, quesos frescos, suministros de leche, leche de soya, avena, almendras, yogures, champiñones u hongos, ajonjoli, espinaca, almendras, hojas de col, entre otros.
¿Cómo puedo saber si tengo deficiencia de vitamina D?
De acuerdo con el Dr. Jorge Yamamoto, la deficiencia de vitamina D se puede conocer a través de estudios de sangre, los cuales podrán indicar el rango actual o su deficiencia. Podría considerarse que los niveles plasmáticos de vitamina D recomendados sean al menos de entre 30-40 ng/mL dependiendo de la persona, condición y edad. Una persona con insuficiencia de vitamina D está entre los 20 y 30 ng/mL.
Lo más interesante es que ante la función inmonológica, un nivel normal de Vitamina D puede ser muy importante. Por eso debemoscuidarnos de adentro hacia afuera.
Un consumo responsable requiere de supervisión médica, pues determinará las necesidades de cada caso y la dosis particular a usar, ya sea para prevención, corrección o mantenimiento. Se ha visto que las 4,000 UI y el número de días que se debe suplementar dependerán de los niveles previos de este nutrimento, tomando en cuenta que la dosis máxima segura es de 10,000 UI al día.