Una prensa libre e independiente es esencial, particularmente en una crisis de salud donde todos aspiramos a estar mejor informados y los periodistas juegan un rol fundamental, sin menoscabar el derecho de las personas a la privacidad, coincidieron periodistas, expertos y comisionadas del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la información y Protección de Datos Personales (INAI), INAI.
Al participar en la Mesa de Diálogo del Seminario digital “Pandemia, democracia y derechos humanos: Protección de datos, seguridad digital y libertad de prensa”, la Comisionada del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena consideró que almacenar datos personales plantea un gran desafío, donde las tecnologías digitales pueden facilitar su transmisión, pero también pueden enfrentar consecuencias cuando hay un uso irregular o inadecuado de las mismas.
“Hay interés colectivo por contar con información precisa sobre la propagación del virus y las medidas de mitigación que efectúa el Gobierno”, diijo.
En tanto, la Comisionada Josefina Román Vergara aseguró que el derecho a la información y el derecho a la protección de los datos personales, son derechos fundamentales y de igual importancia, con el mismo rango constitucional. “Cuando estos dos derechos convergen es necesario remitirnos a la Ley y realizar una ponderación o un equilibrio de derechos, a fin de garantizar que ambos derechos humanos sean respetados”, señaló.
Expresó que el derecho a la información en su vertiente de libertad de expresión hoy todos lo ejercen; sin embargo, en la Constitución se advierte un régimen de excepción a la libertad de expresión al disponer que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, salvo en el caso de que ataque a la vida privada o los derechos de terceros, entre otros. “Podemos afirmar que el derecho a la libertad de expresión debe ejercerse con responsabilidad teniendo como uno de sus límites el derecho a la protección de los datos personales”, afirmó.
Refirió que, en relación al COVID-19, hay reportajes que en un afán de dar a conocer la experiencia de viva voz de los infectados o de reconocer el trabajo del personal de salud que combate el virus, “publican su nombre, domicilio e incluso su lugar de trabajo olvidando que hay otras noticias que dan cuenta de los ataques que han recibido y sin tener en cuenta que al exponer sus datos se ven enfrentados no solo al temor que conlleva el padecer o estar directamente expuestos a la enfermedad, sino el de ser afectados por esta circunstancia”, dijo.
Nayeli Roldán, periodista de Animal Político, ganadora del Premio Nacional de Periodismo y Premio Ortega y Gasset, comentó que los periodistas tienen claro que su trabajo tiene como principal objetivo poder servir a la sociedad, más en un momento como el que se vive actualmente de emergencia sanitaria, en el que enfrentan una nueva forma de hacer periodismo desde casa, con una responsabilidad en el tratamiento, acceso y verificación de la información que se publica.
“El compromiso que tenemos nosotros para difundir cualquier tipo de información, cualquier dato por mínimo que parezca, es sumamente trascendente porque no sabemos quién lo puede estar leyendo”, dijo.
Patricia Peña, del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, refirió los retos que enfrenta el periodismo por el COVID-19, como el acceso a datos y a información sobre la pandemia, comprender sus características y los conceptos especializados, procesar los datos, realizar trabajo multidisciplinario y, en algún momento, enfrentar el dilema ético de qué publicar y qué no y en qué momento.
Gaspar Pisanu, de AccessNow, Costa Rica, se refirió al trabajo que está desarrollando esta organización internacional respecto a temas de derechos digitales en Internet y el impacto que tienen las tecnologías en los derechos humanos. “No es una cuestión de enfrentamiento sino una cuestión de equilibrios y, en cualquier caso, siempre todo debe ponderar primero a los derechos humanos”, dijo.