Opinión
Pausa a guerra comercial con visos de ultimátum geopolítico
Publicado
el
Por
Arzate Noticias
Por Miguel Ángel Romero
Quedó en pausa la guerra comercial entre Estados Unidos y México, pero con una condición que suena menos a diplomacia económica y más a ultimátum geopolítico: el gobierno de México tiene un mes para demostrar que está rompiendo sus vínculos con el crimen organizado y deteniendo la migración ilegal hacia su país. Si no lo hace, los aranceles, que están en la mesa de negociación, se activan.
Fue el pasado 1 de febrero cuando la Casa Blanca emitió una comunicación en la que se informaba que la imposición de tarifas arancelarias a México y Canadá derivan, entre otras cosas, de la omisión de estos dos países por combatir el trasiego de droga.
“Las organizaciones mexicanas de narcotráfico tienen una alianza intolerable con el gobierno de México. El gobierno de México ha proporcionado refugios seguros a los cárteles para que se dediquen a la fabricación y el transporte de narcóticos peligrosos, que en conjunto han provocado la muerte por sobredosis de cientos de miles de víctimas estadounidenses. Esta alianza pone en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos y debemos erradicar la influencia de estos peligrosos cárteles”, se lee en el sitio oficial www.whitehouse.gov
A primera vista, la estrategia suena novedosa. En lugar de desplegar sanciones individuales o presionar con la diplomacia tradicional, la Casa Blanca ha decidido que la corrupción y la violencia del narco también deben tener un costo comercial. El planteamiento es claro: si México no controla el crimen organizado, su economía pagará las consecuencias. Pero, ¿cuáles serán las consecuencias indirectas de esta medida?
El problema es que este no es un plazo para cumplir con reformas de gran alcance o estrategias de seguridad con resultados graduales. Es una exigencia de resultados inmediatos. Y eso enfrenta al gobierno mexicano con un dilema: ¿qué evidencia puede presentar en 30 días que convenza a Washington de que la situación está cambiando? No hay una métrica sencilla para medir la desvinculación del crimen organizado de la política y sus instituciones.
Más aún, la imposición de aranceles como herramienta de presión en asuntos de seguridad interna crea una lógica de incentivos perversa: si México responde con medidas visibles pero superficiales, Washington podría considerar la estrategia un éxito y expandirla a otros rubros.
Pero si el gobierno mexicano fracasa o se resiste, las represalias podrían ir mucho más allá de los aranceles. Un ejemplo de ello, es lo dicho por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, quien no descarta una posible intervención militar en México, luego de que Donald Trump firmara la orden ejecutiva que designa a varios cárteles mexicanos y otras organizaciones criminales como “terroristas extranjeros”.
El uso de aranceles para presionar en temas de seguridad abre una caja de Pandora. Por un lado, genera un incentivo para que el gobierno mexicano realice operativos rápidos y mediáticos contra ciertos grupos delictivos, incluso si estas acciones no abordan de raíz la problemática. Un aumento en detenciones de alto perfil podría satisfacer la sed de la Casa Blanca en el corto plazo, pero también podría fomentar una respuesta violenta por parte del crimen organizado, agravando la inestabilidad que ya prevalece en algunas regiones. ¿Está listo el gobierno mexicano para ello?
Por otro lado, esta medida también crea un incentivo para que liderazgos políticos en sus diferentes niveles del gobierno abran una negociación con grupos criminales de manera opaca, buscando garantizar un periodo de “paz” aparente mientras dure la evaluación de Washington. Esta lógica ha sido observada en otros contextos, en donde gobiernos han pactado con actores criminales para reducir la violencia en momentos políticamente sensibles. ¿La pax narca ayudaría a pasar el exámen?.
Este tipo de política comercial coercitiva ya ha sido aplicada antes, aunque con otros objetivos. Estados Unidos ha usado aranceles para castigar violaciones a derechos humanos, problemas laborales o políticas ambientales laxas. Lo novedoso aquí es la aplicación de esta estrategia a la gobernanza interna y la seguridad de un país vecino.
La historia sugiere que este tipo de presión comercial tiene un éxito mixto, aunque medido en otras latitudes. En algunos casos, las sanciones han servido para disuadir ciertas prácticas abusivas, como en el caso de China y los productos manufacturados con trabajo forzado. En otros, han generado resentimiento sin lograr cambios sustanciales, como con las sanciones comerciales a Rusia antes de la guerra en Ucrania.
En el caso de México, el reto es doble: por un lado, el gobierno necesita convencer a Washington de su compromiso en la lucha contra el narco; por el otro, debe evitar que este tipo de presión se convierta en una herramienta permanente de chantaje económico.
El experimento no es sencillo, pues la espiral de violencia marca una tendencia creciente. Tan sólo en el primer mes de este año se han registrado oficialmente 2 mil 037 homicidios dolosos.
En los próximos 30 días, lo que está en juego no es sólo el comercio entre México y Estados Unidos, sino el precedente que esta estrategia pueda sentar para el futuro. Si la Casa Blanca logra su objetivo sin consecuencias económicas severas, podría expandir el modelo a otros países o conflictos. Si México resiste o las medidas fallan, la relación bilateral podría entrar en un ciclo de tensiones comerciales y diplomáticas prolongadas. El gobierno mexicano tiene un mes para responder. Pero lo que Washington está exigiendo es un cambio que no se mide en días, sino en décadas. La pregunta es: ¿qué pasa cuando un problema estructural choca con una política de resultados inmediatos? En 30 días, conoceremos la primera respuesta.

*** Miguel Ángel Romero: Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.
X: @MRomero_z
Síguenos en nuestras redes sociales.
www.facebook.com/ArzateNoticias
https://x.com/ArzateNoticias e-mail: notiarzate@arzatenoticias.com
www.youtube.com/@arzatenoticias
Tal vez te guste

*** Miguel Ángel Romero
El estado mexicano de Jalisco encarna hoy un dramático contraste que expone, con crudeza y horror, la dualidad de la naturaleza humana y, por supuesto, la ineficiencia del Estado mexicano. Dos realidades, diametralmente opuestas y aparentemente inconexas, conviven a escasos kilómetros, demostrando tanto lo más alto como lo más bajo del potencial humano.
Por un lado, Jalisco ha sido recientemente el foco de atención internacional debido al macabro hallazgo en un rancho ubicado en el municipio de Teuchitlán. Allí, el colectivo Guerreros Buscadores expuso al mundo la existencia de campos de entrenamiento para sicarios, hornos crematorios clandestinos y numerosos fragmentos óseos calcinados, acompañados de centenares de objetos personales que dan cuenta del exterminio en la región. Desde zapatos y prendas hasta identificaciones, fotografías y desgarradoras cartas de despedida.
La indignación creció cuando se conoció que el lugar había sido cateado previamente, en septiembre de 2024, sin resultados significativos debido a la magnitud del terreno, según autoridades locales. Este descuido institucional dejó a la sociedad con más preguntas que respuestas, aumentando la desconfianza en las autoridades encargadas de salvaguardar la seguridad de la población.
Jalisco enfrenta una devastadora crisis de desaparecidos: más de 15 mil personas mantienen ese estatus, colocándolo a la cabeza de los estados mexicanos en esta sombría estadística. Las denuncias de los colectivos apuntan a la existencia de redes criminales que engañan a personas vulnerables con falsas ofertas de trabajo, convirtiéndolas luego en víctimas de explotación, secuestro o incluso ejecución. Esta espiral de violencia es frecuentemente asociada al Cártel Jalisco Nueva Generación, agravando la percepción internacional que acusa al gobierno mexicano de tener vínculos con el narcotráfico, una etiqueta que se esfuerza por negar constantemente.
La Casa Blanca, tras la reasunción de Donald Trump, ha sido enfática en acusar al gobierno mexicano de tener una alianza intolerable con los cárteles de la droga y poner en peligro la seguridad nacional y la salud pública de Estados Unidos.
Sin embargo, en paralelo a esta oscura realidad, y a tan sólo 1 hora (59 kilómetros), emerge en Guadalajara, capital del estado, una narrativa completamente diferente: el ascenso tecnológico. Esta ciudad, reconocida como el “Silicon Valley mexicano”, ganó recientemente una competencia internacional contra otros 19 países para albergar una planta de producción de superchips avanzados, operada por la multinacional taiwanesa Foxconn, en colaboración con la gigante tecnológica NVIDIA.
La futura planta, fruto de más de tres años de arduas negociaciones, representa una apuesta extraordinaria en materia de innovación tecnológica. Allí se ensamblarán los revolucionarios chips GB200 Blackwell, componentes clave para la inteligencia artificial de próxima generación. Con una arquitectura hasta 30 veces más rápida que sus predecesores, estos chips potenciarán herramientas esenciales como los modelos GPT de OpenAI, y jugarán un papel crítico en la aceleración de aplicaciones científicas, procesamiento masivo de datos y creación de simulaciones avanzadas.
Young Liu, presidente de Foxconn, ha destacado la importancia estratégica del proyecto, afirmando que esta nueva instalación mexicana será capaz de ensamblar hasta 240 mil servidores por año. Esta capacidad récord no solo consolida la presencia de la empresa taiwanesa en América Latina, sino que también reduce significativamente su dependencia del mercado asiático, en sintonía con el nearshoring, en donde la entidad se erige como uno de las preferidas para la relocalización.
Estos desarrollos han sido celebrados por autoridades locales y nacionales, quienes subrayan que México es el principal socio comercial de Estados Unidos. Tal éxito en atraer inversiones tecnológicas muestra un rostro optimista y dinámico del país, muy distante de la violenta realidad que ocurre en otras partes del estado.
La paradoja de Jalisco reside precisamente en esta sorprendente proximidad entre dos mundos aparentemente irreconciliables. Por un lado, la brutalidad indescriptible del crimen organizado, capaz de sumir en la desesperación y el horror a miles de familias con la anuencia y complacencia del Estado mexicano; en el otro, el dinamismo innovador de la industria tecnológica, prometiendo un futuro brillante de prosperidad y avance. Este choque brutal de narrativas pone a prueba no solo la imagen internacional de México, sino también la capacidad del país para reconciliar sus profundas contradicciones internas.
El desafío que enfrenta Jalisco es simbólico de un dilema más amplio y extenso que atraviesa el país entero: decidir si la realidad de la violencia y la impunidad se continúa ignorando, o si prevalecerá la promesa y la esperanza del desarrollo tecnológico y la innovación. La coexistencia de ambas pone en riesgo a la segunda.
Y es que para muchos Jalisco es el ejemplo exacto de lo que ocurre en el 80% del país, en donde el control del crimen organizado está por encima de las autoridades o, en el peor de los casos, no existe diferencia entre unos y otros. Lugares en donde no importa el nivel de inversión o asentamiento de empresas tecnológicas con miras al futuro, porque simplemente son espacios y territorios en los que la migración forzada por el crimen, la extorsión y los homicidios son el común denominador. ¿Hasta qué punto pueden convivir las masacres con el desarrollo?
La normalización del desastre parece una “habilidad” adquirida por el ser humano, profundamente carente de sentido de preservación.

*** Miguel Ángel Romero: Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.
X: @MRomero_z
Síguenos en nuestras redes sociales.
www.facebook.com/ArzateNoticias
https://x.com/ArzateNoticias e-mail: notiarzate@arzatenoticias.com
www.youtube.com/@arzatenoticias
Opinión
Nada está perdido para las MiPyMEs ante aranceles
Publicado
el
10/03/2025Por
Arzate Noticias
Por Renato Consuegra
Las MiPyMEs mexicanas, el alma de nuestra economía, se enfrentan a una nueva amenaza con las políticas de incremento de aranceles implementadas por el presidente Donald Trump y podrían verse afectadas por un entorno de incertidumbre que, lejos de ser un fenómeno abstracto, podría repercutir directamente en las operaciones de las micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas, que representan más del 70% de la generación de empleo en el país.
Pero, ¿deberían las MiPyMEs mexicanas temer a los aranceles al 25% impulsados por Trump?
El panorama de las MiPyMEs en México es diverso y, por ende, el impacto de estos aranceles no será homogéneo, ya que mientras muchas de estas empresas operan en mercados nacionales, otras están estrechamente vinculadas con cadenas de suministro internacionales o realizan exportaciones a Estados Unidos, que es el principal socio comercial del país.
Para las MiPyMEs que dependen de insumos importados, como en los sectores manufacturero, automotriz o electrónico, los aumentos en los aranceles pueden significar un incremento considerable en los costos de producción, afectando tanto sus márgenes como su competitividad.
Los aranceles no solo afectan a las empresas que exportan a EE.UU., sino también a aquellas que importan productos o insumos desde este país o incluso desde otras regiones como, por ejemplo, las pequeñas unidades de negocio que fabrican componentes electrónicos o piezas para la industria automotriz, pero que necesitan insumos importados. Ellas enfrentarán un aumento en los costos que difícilmente podrán absorber sin afectar sus márgenes de ganancia. Esto se traduce en una menor competitividad frente a empresas más grandes, o en el peor de los casos, en la quiebra para aquellas que no puedan adaptarse rápidamente.
Por otro lado, es importante reconocer que las MiPyMEs mexicanas que operan principalmente en el mercado local pueden no estar tan expuestas a los aranceles directamente, sin embargo, la incertidumbre creada por las políticas comerciales internacionales también puede afectar la confianza del consumidor y la inversión. En un clima de inestabilidad económica, los consumidores tienden a reducir el gasto, lo que afecta a las empresas más pequeñas que dependen de un consumo constante, además de que, una menor inversión extranjera derivada de la incertidumbre podría impactar negativamente a aquellas empresas que necesitan de estos flujos de capital.
Sin embargo, no todo está perdido para las MiPyMEs mexicanas porque su capacidad de adaptación, que ya han demostrado en otras ocasiones, será clave para determinar el impacto real de los aranceles.
Muchas pequeñas empresas tienen la capacidad de diversificar su base de proveedores, explorando mercados alternativos o incluso recurriendo a proveedores nacionales para evitar el impacto de los aranceles. Esta forma de actuar ya conocida por muchas podría llevar a una reconfiguración de las cadenas de suministro, favoreciendo a los proveedores locales, lo que, a largo plazo, podría incluso fortalecer a las MiPyMEs al reducir su dependencia de mercados extranjeros.
Además, es crucial reconocer que el gobierno mexicano tiene un papel fundamental en este escenario porque si bien las políticas exteriores son difíciles de predecir, las autoridades mexicanas deben garantizar que las MiPyMEs no queden desprotegidas ante el impacto de los aranceles, para lo que pueden generar programas de apoyo fiscal, la promoción de la innovación y la búsqueda de nuevos mercados fuera de los Estados Unidos, entre algunas de las herramientas que el gobierno podría utilizar para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a adaptarse a los nuevos desafíos. Sin embargo, es imperativo que estas medidas se implementen de manera efectiva y eficiente, para que las MiPyMEs no queden a la deriva en un entorno de competencia global.
La resiliencia también juega un papel crucial para las MiPyMEs mexicanas, puesto que deben enfocarse en mejorar su competitividad interna a través de acciones como invertir en tecnología, optimizar procesos productivos y fortalecer su presencia digital, pasos que podrían ser fundamentales para reducir el impacto de los aranceles y, al mismo tiempo, prepararse para un entorno cada vez más globalizado. Aquellas que logren diversificar sus mercados y fuentes de ingresos estarán en una mejor posición para resistir los efectos de las políticas proteccionistas.
A pesar de los retos, las MiPyMEs mexicanas también tienen la oportunidad de aprovechar el contexto actual para adaptarse y evolucionar, para lograrlo la clave está en la agilidad con la que respondan a los cambios en la economía global. En lugar de centrarse únicamente en los riesgos, las MiPyMEs deben considerar este momento como una oportunidad para reinventarse, diversificar sus fuentes de ingresos y fortalecer su competitividad.
En conclusión, las MiPyMEs mexicanas no deben temer a los aranceles per se, sino estar conscientes de los riesgos que implica el entorno global cambiante y, aunque algunas serán más vulnerables que otras, con la estrategia adecuada, muchas de ellas podrán adaptarse, diversificarse y sobrevivir. Las políticas gubernamentales, la resiliencia empresarial y una correcta gestión de riesgos jugarán un papel crucial en este proceso que las MiPyMEs deben aprovechar como una oportunidad para fortalecer sus bases y continuar siendo el motor de la economía mexicana.
De emprendimientos y más…
México se ha consolidado como uno de los mercados más dinámicos para el modelo de franquicia en América Latina, con más de 1,500 marcas en el país, las cuales contribuyen con un 5% al Producto Interno Bruto (PIB), destacando metrópolis como Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, las cuales han emergido como polos clave de expansión, especialmente en sectores como cafeterías y servicios de belleza.
Aunque a menudo se percibe que las franquicias requieren grandes inversiones, el sector mexicano ofrece opciones para diferentes presupuestos y perfiles de emprendedores, con modelos innovadores y accesibles que están viendo un crecimiento constante. Entre las franquicias destacadas se encuentran Auto Tyre, B de Bueno, Lavaexpres, P7 y Guapaletas, que han logrado un gran éxito a nivel nacional e internacional.
Además del impacto económico, las franquicias en México también están generando transformaciones sociales significativas. Iniciativas como “Franquicias con Causa” promueven modelos de negocio con un impacto positivo en las comunidades, apoyando proyectos como Ponte Pizza, que dona pizzas a instituciones sociales, y Somos Bárbaros, que capacita a mujeres en reinserción social.
Asimismo, franquicias como Energi apuestan por la sustentabilidad y la reducción del impacto ambiental. A medida que el sector sigue creciendo, se abren interrogantes sobre cómo estos modelos de negocio podrán adaptarse a nuevas tendencias económicas y sociales, y qué sectores emergentes liderarán la próxima fase de expansión, un reto que Franquicias Que Crecen está anticipando y analizando para identificar oportunidades y desafíos.
renato@yoemprendedor.mx
Síguenos en nuestras redes sociales.
www.facebook.com/ArzateNoticias
https://x.com/ArzateNoticias e-mail: notiarzate@arzatenoticias.com
www.youtube.com/@arzatenoticias
Opinión
El Rincón del Giróvago. El mundo en tensión: quién cede primero
Publicado
el
04/03/2025Por
Arzate Noticias
Por. J. Alejandro Gamboa
1. EUA, China, Rusia y México juegan al borde del abismo ¿Quién cederá primero?
2. Las potencias miden fuerzas ¿Estamos al filo de un nuevo equilibrio o de una crisis?
Sin ser especialista en temas geopolíticos, puedo tratar de aplicar un poco de lo aprendido en mis clases de la UNAM y en un curso de prospectiva que tomé hace tiempo. Soy un principiante en la creación de escenarios, pero me interesa estar al tanto de la política global, siempre enlazada con el movimiento de los intereses económicos, así como las decisiones de cada región o país, para lograr objetivos determinados.
Hoy somos testigos de una encrucijada geopolítica que se asemeja a una partida de ajedrez en la que cada movimiento puede desencadenar una crisis o consolidar una ventaja.
Apliquemos una teoría de juegos. Consideremos cuatro actores racionales que toman acciones a partir de decisiones estratégicas con las cuales pueden obtener ventajas o perder logros, acorde a diversos factores, a veces complejos, dignos de estudiarse por los especialistas.
Me apoyaré entonces en la llamada Teoría del borde del abismo, aquella estrategia de llevar al adversario al límite sin cruzar la línea del conflicto abierto; esto me sirve como marco perfecto para analizar las dinámicas entre cuatro actores o jugadores “racionales”: Estados Unidos, México, China y Rusia.
Comencemos pues. Cada actor juega su partida con tácticas que buscan maximizar sus beneficios mientras minimizan los riesgos. La pregunta es ¿hasta dónde pueden empujar sin caer al vacío?
Estados Unidos presionando a sus aliados y calculando sus amenazas, administrando su violencia. Desde Washington, la estrategia como lo fue en los momentos más duros, es reforzar su dominio económico y militar a costa de cualquier otro jugador.
La imposición de aranceles a productos mexicanos, canadienses y chinos muestra su determinación de reducir el déficit comercial, pero también el riesgo de una escalada en la guerra comercial. Mientras tanto, la administración de Trump modula su postura militar, suspendiendo operaciones cibernéticas ofensivas contra Rusia, lo que podría interpretarse como un intento de distensión.
Sin embargo, su relación con Ucrania sigue siendo tensa, con críticas constantes y hasta agresivas a Zelenski, con un deseo muy estimable de “ganarse” los recursos de aquel país la mala.
A corto plazo, EUA seguirá presionando a sus aliados y desafiando a sus rivales. A mediano plazo, la pregunta será si su estrategia de confrontación comercial y militar es sostenible. A largo plazo, podría enfrentarse a una redefinición de su liderazgo global en un mundo multipolar.
¿Qué pasa con nuestro México? Nuestro país sigue atrapado entre la dependencia económica con el vecino país y la necesidad de diversificar sus relaciones comerciales. La respuesta de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido diseñar un “plan B” para mitigar el impacto de los aranceles y fortalecer el mercado interno. A su vez, la cooperación con Washington en materia de seguridad ha sido reforzada, especialmente en el combate al tráfico de armas y fentanilo.
A corto plazo, este jugador (México) tendrá que maniobrar con cautela entre su principal socio comercial y su interés por fortalecer la autonomía económica. A mediano plazo, el éxito de su estrategia dependerá de su capacidad para abrir nuevos mercados. A largo plazo, podría apuntar a ser un actor con un mayor peso en el tablero geopolítico.
¿Y los chinos? Este jugador avanza a grandes pasos en el desarrollo de su propia estrategia supremacista. Las noticias señalan el descubrimiento de vastas reservas de torio en Batan Obo, ubicado en el oeste de Mongolia Interior con suficientes cantidades del metal radiactivo como para abastecer a toda China durante unos 60 mil años. Esto podría ser el golpe para reducir su dependencia de combustibles fósiles y asegurar su dominio energético durante miles de años.
En el ámbito diplomático, Pekín mantiene su respaldo a Rusia en la negociación con el país vecino sobre el conflicto en Ucrania. A corto plazo, China consolidará su liderazgo en energías alternativas y tecnología. A mediano plazo, seguirá expandiendo su influencia en regiones estratégicas y fortaleciendo sus alianzas. A largo plazo, se vislumbra como una superpotencia consolidada en un nuevo orden mundial multipolar.
Nuestro jugador, Rusia, permanece firme en Ucrania, pero desde Moscú el mensaje es claro: no devolverá los territorios ocupados, pues los considera parte de su territorio. Sin embargo, a pesar de su postura inflexible en ese frente, ha mostrado disposición para negociar con los gringos la explotación de recursos en el Ártico, una región de creciente interés estratégico.
En el corto plazo, parece que nuestro jugador mantendrá, como decía, su posición firme en el conflicto ucraniano. A mediano plazo, seguro reforzará sus alianzas con China y otros países para contrarrestar el aislamiento occidental. A largo plazo, su capacidad resiliente determinará si sigue siendo una potencia influyente o si se ve relegada a un papel secundario en la escena global.
Finalmente, la interacción entre estos cuatro actores o jugadores dibuja un escenario de incertidumbre, donde cada movimiento es un cálculo estratégico basado en la amenaza, la presión y la disuasión, pensando en jugadores racionales (desligados de otros aspectos no racionales, al menos en esta teoría prospectiva).
Y, aunque las Ciencias Sociales no son exactas por tratar con una materia volátil o imprevisible como lo es el ser humano, nuestro juego del borde del abismo continúa, y seguirá arrojando datos y valores que nos pueden ayudar con el apoyo de matrices matemáticas traducidas en aspectos cualitativos, y vislumbrar quién se atreve a dar el paso final o quién retrocede antes de caer al vacío.
-
Negocios
Por cada 100 pesos que percibe un hombre en áreas STEM, una mujer gana 82
-
Negocios
Fortalecerán la industria vitivinícola nacional
-
Minería
Reconoce Mujeres WIM México a mineras por acciones a favor de equidad de género
-
Minería
Minería incluyente
-
Negocios
Prosolia Energy se expande hacia América con una nueva filial en México
-
Negocios
Enseñará Finsus a niños cómo detectar fraudes bancarios