La primera pedrada a David Monreal como gobernador de Zacatecas: No ha pagado emolumentos a miles de trabajadores estatales; profesores, intendentes, directivos, pensionados, jubilados y trabajadores del ISSSTEZAC.
En Carta Abierta, expone Marco Antonio Flores Zavala, dirigida al gobernador reprochándole su desatención hacia los empleados, dice que viven afligidos de sus ahorros y préstamos para cubrir sus gastos elementales.
Marco Antonio Flores, es profesor-investigador de la Unidad Académica de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas. licenciado en Derecho y en Humanidades; tiene maestría en Historia en El Colegio de Michoacán, estudios de doctorado en Historia en la Universitat Jaime I, Castellón, España y, es escritor.
“Ignoro cuál es tu afán de no pagar: ¿mostrar poder perverso? no creo, porque eres un creyente congregado a Cristo. Hacerlo así sería pecado ¿Venganza? También sería pecado”. Así de encendido reclama el mentor.
“No seguiré por allí. No pagar es un delito. Tú lo sabes, estudiaste Derecho. Por eso no nombras a los funcionarios correspondientes, porque te robarán cámara, porque estarán obligados a pagar”. Directo y sin ambages.
Y, remata en el mismo tenor: “David, te prometiste ser gobernador, y llevas rato sin ejercer el poder y la ley, ni hacer política. No es justo para ti y el resto, que sigas en una función que no te gusta, no te place… Estás proyectando infelicidad y zozobra secular… Como para que el gober trague grueso; pero sabemos que los políticos gozan del caparazón del cinismo.
Qué bonito se lee en la Constitución sobre los gobernantes en el inciso segundo del Artículo 77: “Cuidar el cumplimiento de la presente Constitución y de las leyes, reglamentos, acuerdos y demás disposiciones que de ella emanen, expidiendo al efecto las órdenes correspondientes.
La desgraciada realidad es la ambición, los negocios, el trampolín, culto a la personalidad y la corrupción hasta donde tope, sea del partido que sea, es una constante, no podría distinto el de David Monreal que hasta de narco han sido señalado al igual que sus hermanos.
Recordemos mayo de 2009: Comentarios vecinos sobre movimientos registrados en este tiempo, su hermano Cándido acudió, en enero, a la agencia del Ministerio Público y autorizó el ingreso de las autoridades a la planta deshidratadora de chiles, en Fresnillo, donde, efectivamente, fue decomisada droga.
Los hechos como los de párrafo anterior, se quedan como mancha negra para la posteridad y reaparecen en los momentos menos convenientes y riegan la tinta oscura que daña su presente.
Fue aquel pleito con la entonces gobernadora, la perredista Amalia García, que quería proyectar a su hija Claudia Corichi y le estorbaban el “Clan Monreal” y le puso el cascabel al gato.
La iniciativa para prohibir la minería a cielo abierto fue aprobada por la Comisión de puntos constitucionales de la Cámara de diputados, donde también aprobaron prohibir el fracking para la extracción de hidrocarburos. Ambas siguen en revisión.
En esa prisa que tienen por aprobar todo, aunque no conozcan, no entiendan o no dimensionen las repercusiones, los legisladores volvieron a autorizar dislates.
Para corregirlos, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció en su conferencia matutina que ciertos sectores requieren insumos de minas a cielo abierto, entre ellas, las minas para producir cemento y todos los minerales pétreos para la construcción.
Además, habló de la nacionalización, en el sexenio pasado, de Exportadora de Sal, empresa que tiene la mina de sal más grande del mundo, y que se considera como una mina a cielo abierto, contraviniendo la iniciativa mencionada; por ello, dijo que la propuesta debe ser revisada, priorizando el cuidado del medio ambiente y el desarrollo nacional.
Por otra parte, hay que mencionar el tema de la explotación del litio, mineral considerado por el anterior mandatario como propiedad de la nación, “del pueblo de México”, bajo el argumento de una exploración y explotación responsable. Esta última, si, adivinó usted, se explota en minas a cielo abierto.
Las modificaciones a la Ley de Minería acabaron reservando la tarea de la exploración y explotación del litio al Servicio Geológico Mexicano (SGM). Y pese a la aparente buena intención nacionalista, el SGM no cuenta con el presupuesto ni equipo suficiente para dar resultados satisfactorios.
Basta recordar que el SGM recibió para el periodo 2021-2022 un presupuesto de 55.2 millones de pesos para determinar en dónde hay litio en territorio mexicano; sin duda, un presupuesto y un plazo insuficientes, por eso buscarán que Petróleos Mexicanos lo ayude en ese cometido, pero cómo podrá hacerlo si los diputados de la mencionada Comisión lo prohibieron. Menos mal que tiene que pasar por la aprobación del Senado de la República.
Un tema adicional abordado por la presidenta Sheinbaum fue la decisión inamovible de no permitir en México el uso de fracking o fracturamiento hidráulico para extraer hidrocarburos, especialmente el gas natural.
Esta decisión, igual que en el tema del litio, condena a México a la dependencia del gas natural estadounidense, del cual el país importó, según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, 5 mil 894 millones de pies cúbicos diarios en el periodo que va de enero y marzo de este año; y la demanda sigue incrementándose.
Cabe preguntarse si la misma disposición de la presidenta para revisar el caso de la prohibición de la minería a cielo abierto podría aplicarse también al fracking, considerando que uno de los factores prioritarios que ella misma mencionó es el desarrollo nacional.
Por lo pronto, el Congreso de la Unión ya aprobó destinar 12 mil 364 millones de pesos en 2025 para cuatro proyectos, que están en marcha, en los que se utiliza la técnica del fracking: Aceite Terciario del Golfo con un presupuesto de 2 mil 423 millones de pesos, Burgos con 2 mil 266 millones, Proyecto Integral Veracruz con 7 mil 420 millones, y el Contrato para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos (CEE) Miquetla con 256 millones”.
Prohibir el fracking es seguir condenando a México a depender de las importaciones de gas natural procedente de Estados Unidos, donde esa técnica ha permitido convertir a ese país en superavitario y generar empleos.
La sutileza con la que la presidenta Claudia Sheinbaum ha venido alterando el tablero político que le fue heredado es relevante. No ha sido fácil. Ha sido posible pulsar su inconformidad a través de sus voceros y propagandistas que, disfrazados de periodistas, critican en los principales medios de comunicación las desaseadas formas en las que se edifica el llamado segundo piso de la Cuarta Transformación.
No es que busque una ruptura de los ideales y el proyecto establecido por su antecesor Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, lo que sí quiere es dejar de tener sólo el membrete de mandataria y hacer efectivo el poder de la silla presidencial.
La designación del nuevo titular de la Fiscalía de la Ciudad de México no sólo representa una prueba para Claudia Sheinbaum en términos de control político, sino también una oportunidad para reposicionarse frente a las tribus que colonizan y conviven al interior del movimiento que fundó AMLO.
En particular, una corriente significativa dentro de la clase política ha comenzado a expresar, cada vez con mayor volumen, su incomodidad ante las maniobras para imponer a Bertha Alcalde como nueva fiscal. Un movimiento orientado a seguir la estrategia que impulsan “los duros” para mantener acotada la influencia de Sheinbaum en la capital, lugar del cual fue gobernante.
La decisión del Consejo Judicial Ciudadano de aplazar la definición de la terna de candidatos prevista para su anuncio este 2 de diciembre es un síntoma de ello. Si bien la presidenta se enfrenta a la necesidad de consolidar su liderazgo y demostrar que no es sólo una extensión del mandato de López Obrador, también debe gestionar con cautela para evitar la fragmentación de las bases que sostienen a la autodeterminada Cuarta Transformación. La familia Alcalde, con un poder consolidado, es percibida por algunos como un aliado necesario, pero, también, es vista por otros como una camisa de fuerza que la mandataria debe empezar a desabrocharse.
La Fiscalía no es sólo un asunto técnico o de política local, sino una posición estratégica en donde se juega el equilibrio de poder entre las distintas facciones de la Cuarta Transformación. Desde que salió de Ciudad de México para convertirse en candidata presidencial, Sheinbaum ha recibido agravios significativos: el descarrilamiento de Omar García Harfuch como su sucesor; la Reforma Judicial como una bomba de tiempo; la abierta y desafiante independencia de los líderes de Morena en el Congreso con Adán Augusto en el Senado y Ricardo Monreal en Diputados; así como la captura del partido Morena con Luisa María Alcalde y el hijo de AMLO, que si bien fue el vehículo que la llevó al poder, corre de manera paralela a ella, quien se supone es la máxima autoridad.
A eso se suma la renovación del periodo de Rosario Piedra en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, contraviniendo a su candidata Nashieli Ramírez; la desaparición de los órganos autónomos constitucionales que tuvo que abrazar de manera forzada; así como una Fiscalía General inoperante con una Gertz Manero de adorno. Sin embargo, para cada muro y dique que le instalaron la mandataria ha empezado a diseñar mecanismos para sortearlos sin un abierto choque.
Por ejemplo, la Ley Harfuch que dio facultades que por diseño institucional sólo le competen a la Fiscalía General. Es decir, si Gertz Manero no es funcional y se mantiene en su perenne letargo, la Secretaría de Seguridad Pública a cargo de su persona de confianza tomará el control de la estrategia contra el crimen organizado. Harfuch estrenó su nuevo halo político con la operación Enjambre en el Estado de México que, además de dejar disminuidos a grupos criminales, también lastimó a ciertos sectores políticos en una entidad que operativamente y por diseño electoral está bajo supervisión de Andy Junior, el hijo del expresidente.
Lo mismo está ocurriendo con el vínculo entre el gobierno y el sector empresarial que tienen como instrucción, a nivel doméstico e internacional, arropar a Altagracia Gómez por encima del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien en su sistemático y franco entreguismo apuesta a su sobrevivencia en el gabinete a partir de su cercanía con Jared Kushner, yerno de Donald Trump.
En ese mismo sentido, se inscribe la lucha por la titularidad de la Fiscalía de CDMX, decisión que Sheinbaum estaría por buscar arrebatarle a la dupla de Clara Brugada/Martí Batres quienes de momento no tienen ningún contrapeso en la capital y quienes planean hacer de la ciudad una plataforma electoral que funcione como contrapeso a Sheinbaum en los procesos electorales venideros y contribuya al amurallamiento de su influencia.
Sin necesariamente ser culpable, Bertha Alcalde Luján podría ser, otra vez, víctima de este tipo de tensiones que la han dejado fuera en otros momentos como cuando intentó ser Consejera del INE o Ministra de la Corte, entre otros cargos. En el proceso para Fiscal de CDMX se mantienen, junto con la hermana de la presidenta del partido Morena, otros seis aspirantes: Anaid Elena Valero Manzano, Mario Alberto Martell Gómez, Ulrich Richter Morales, Fernando Moreno Caballero, José Alejandro García Ramírez, Francisco Javier Rodríguez Espejel.
Los perfiles son menores e irrelevantes, salvo un par de casos que cumplen con la ciudadanización de la justicia en la capital.
Será interesante ver cuáles son los nuevos tiempos que se establecen para diseñar la terna final sobre la cual Clara Brugada elija -con anuencia o no de la presidenta Sheinbaum- la propuesta final que eventualmente deberá ser votada en el Congreso de CDMX; espacio en el que la confrontación entre tribus salga a relucir.
*** Miguel Ángel Romero: Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia. X: @MRomero_z
Me intriga cómo ciertos movimientos logran trascender el tiempo, influyendo en disciplinas como la espiritualidad, el arte y la ciencia. El rosacrucismo y la masonería son dos de ellos. Estos movimientos esotéricos han dejado una huella profunda en la historia, aunque para muchos siguen envueltos en un halo de misterio, ignorancia o desconocimiento.
Adentrémonos un poco en su legado para comprender por qué aún generan fascinación y controversia.
Entre la rosa y la cruz.
El rosacrucismo surgió en Europa a principios del siglo XVII. Este movimiento proclamaba una reforma universal basada en el conocimiento místico y científico. Lo que más me llamó la atención fue el simbolismo detrás de su nombre: la rosa y la cruz. Estos no son solo adornos, sino representaciones de la unión entre lo espiritual y lo material, un equilibrio que sus miembros buscaban en su camino hacia la transformación personal.
El rosacrucismo es representado en la actualidad por organizaciones como la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis (AMORC), fundada en 1915 en Estados Unidos, con presencia en múltiples países, aunque no se dispone de cifras exactas de membresía.
En México, su influencia parece remontarse al siglo XVIII, aunque se conoce más de ella a principios del siglo XX; su Gran Logia de Habla Hispana para América, establecida en León, Guanajuato en 1999, cuenta con miembros en 22 países del continente. Estas logias promueven la búsqueda del conocimiento espiritual y la transformación personal.
Su influencia ha sido notable. Desde la literatura hasta la filosofía, el rosacrucismo ha inspirado a artistas y pensadores. Sin embargo, no todos comparten esta admiración. Algunos críticos lo ven como un movimiento excesivamente hermético, cuya naturaleza secreta ha dado pie a malinterpretaciones y teorías conspirativas.
La masonería: construyendo valores simbólicos.
La masonería, con raíces en las guildas medievales (asociaciones de artesanos, mercaderes o comerciantes que se organizaban mediante el pago de una cuota) de constructores, va más allá de las logias que solemos imaginar. Este grupo busca el perfeccionamiento moral y espiritual de sus miembros a través de rituales y símbolos que evocan enseñanzas ancestrales.
Lo más interesante fue cómo la masonería, al igual que el rosacrucismo, comparte intereses en tradiciones como la alquimia y la cábala, formando un puente entre lo práctico y lo espiritual.
La masonería está organizada en logias que se agrupan bajo Grandes Logias o Grandes Orientes. Por ejemplo, la Gran Logia Unida de Inglaterra, fundada en 1717, es una de las más antiguas y cuenta con más de 200 mil miembros.
En México, según la información disponible al profano la masonería se estableció formalmente en 1825, y en 2019 se estimó que había alrededor de 1,750,000 masones en el país. Dentro de estas logias, existen diversos ritos como el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el Rito Yorkino y el Rito Francés o Moderno, cada uno con particularidades rituales y estructurales.
Sin embargo, también está lejos de ser un movimiento exento de críticas. Su carácter reservado ha generado desconfianza. Algunos detractores los acusan de promover ideas gnósticas alejadas de las tradiciones religiosas ortodoxas, mientras que otros defienden su papel como guardianes de conocimientos que integran ciencia, arte y espiritualidad.
Después de explorar ambos movimientos, me quedó claro que tanto el rosacrucismo como la masonería han contribuido significativamente al pensamiento esotérico occidental. Sus enseñanzas buscan algo que creo todos anhelamos en cierta medida: la transformación personal y la búsqueda de un propósito superior. Pero su hermetismo, paradójicamente, ha sido también su mayor desafío, generando tanto admiración como rechazo.
En un mundo cada vez más abierto y tecnológico, me pregunto cómo estas fraternidades podrán adaptarse y mantener su relevancia. Qué acciones están realizando para mantener a sus miembros interesados o de qué manera pueden continuar su labor apoyadas en una membresía ilustrada y humanista.
Para mí, su legado es un recordatorio de que la búsqueda de conocimiento ya sea a través de símbolos, ciencia o espiritualidad, es un camino que nos define como humanos. Quizá, al final, el verdadero misterio no está en sus rituales, sino en lo que podemos aprender de ellos sobre nosotros mismos.
***Alejandro Gamboa C. Licenciado en periodismo con estudios en Ciencia Política y Administración Pública (UNAM) Enfocado a las comunicaciones corporativas. Colaboró como co editor Diario Reforma. En temas de ciencia y comunicación en Milenio y otros medios digitales. Cuenta con 15 años dedicado a las Relaciones Públicas. Ha colaborado en la fundación de la Agencia Umbrella RP. Ha realizado trabajos como corrector de estilo, creador de contenidos y algunas colaboraciones como profesor en escuelas locales.